Hace unos días me comentó un compañero, hablando del “Día de Personas sin Hogar”, antes “Sin Techo” que es el 28 del actual, que escribiera unas letritas sobre este tema y aquí estoy. Voy a hablar de lo que vivo durante 26 años, diariamente, con estas personas y con el fenomenal voluntariado de ACOMAR, en nuestra Casa de Acogida y Seguimiento, en Alicante.
Quiero dar gracias al Señor, porque el Papa Francisco, al cerrar el Año Jubilar ha abierto las puertas de la Iglesia a las personas muy muy pobres de todo el mundo, nos habla de que estamos llamados a acoger y a incluir al otro y que cada vez que dejamos al excluido damos la espalda a Dios. Nos pide que estemos cerca de estas personas, para ayudarlas… Pues, aquí estamos. Pero no para sigan en la pobreza sino para intentar que puedan salir de ella.
Amigos/as, es una realidad que la pobreza continua creciendo. En cada esquina podemos encontrarnos con cualquiera de estas personas, que nos piden ayuda, cada día.
En la denominación de “Personas sin Hogar” pueden entrar aquellas personas que están permanentemente en la calle, o pasando la noche en cajeros, pasadizos, casas abandonadas, soportales…en completo abandono personal tanto externo como interno. En este concepto también entran: vagabundos, mendigos, inmigrantes sin recursos, otras personas dentro del campo de las dependencias, alcohol, droga, prostitución…que también están en completo abandono personal. Cada colectivo con sus circunstancias…
¿Para qué es este día?. ¿Le vamos a dar mejor alimentación al sin techo?. ¿Le vamos a dar más compañía?. ¿Vamos a estar más atentos a sus múltiples necesidades de pobreza?. ¿Vamos a sentarnos con ellos/as para escucharlos/as y comenzar a resolver sus necesidades?. ¿Le vamos a dar alojamiento?. Le vamos a dar su dignidad?... Le vamos… Le vamos… Amigos todas estas atenciones hay que darlas diariamente. Las necesitan. Y muchas más.
No sé qué significado puede tener para nosotros/ as este día… Un recuerdo…, una llamada de atención a nuestra conciencia…un evento... una oración… Pues muy bien. Y mañana ¿qué?.
Para algunos/as por no decir todos/as será un día cualquiera, pero no son ajenos a su situación. Son tantas las carencias, sufrimientos, abandonos… que llevan en sus vidas, que nada de eso puede arreglarse ni en un día ni en un rato. Tengamos presente que todas esas circunstancias dolorosas y más, son las que las han llevado a estas situaciones y en ellas permanecen. Y le han producido muchas “heridas” tanto externas como internas. Las más duraderas y difíciles de borrar; las internas, como a cualquiera de nosotros, pero es otro mundo, inmerso en el enorme Campo de la pobreza.
Para estas personas, el “Día de personas sin Hogar”, es todo el año. En su vida no hay prisas. Su actitud, ante tanto y tanto tiempo a la espera de que alguien le diga algunas palabras de consuelo, o sienta la cercanía de que alguien quiere hacer algo por su persona, es el silencio, la paciencia, el volver a empezar cada día. ¡Volver a empezar cada día en la misma pobreza que dejó ayer!. En la misma miseria, en el mismo dolor, en el mismo olvido… Y pasa el tiempo…y el tiempo… y la persona… y se acomoda a estar ahí, como una “cosa”… El sin techo, sigue hundido en la misma estrechez de sus carencias externas… pero amigos han aumentado sus “heridas” internas. Le faltan fuerzas. Su Yo ya no lo encuentra. Le falta motivación. No hay forma para salir de esa situación. No tiene a dónde acogerse. Tiene nada. Externamente cuatro harapos y una mochila. Su interior está vacío, pero vacío de ir padeciendo mucho tiempo tanto dolor y sufrimiento, como nos puede ocurrir a cualquiera de nosotros cuando las cosas no van bien; claro, que nosotros podemos recuperarnos porque estamos en un ambiente social que supuestamente nos puede entender, a estas personas los rechaza. Pero sigue siendo persona. Y sigue esperando, esperando… no grita, no se manifiesta… Lo suyo es el silencio…Sus enfermedades más comunes son dos: La soledad y la desesperanza. Ya algún día hablaré de ellas. Algunas de estas personas están tan solitarias que buscan compañía y desean borrar de su vida de forma pasajera tanta amargura con cualquier consumo. Y comienzan con la dependencia. Es una cadena de acontecimientos, en su vida, que a medida que pasa el tiempo la van “hundiendo”, más enraizándola en el Campo de la pobreza.
Estas situaciones no las quieren estas personas, como tampoco quieren que le ofrezcan soluciones temporales a corto o medio plazo con estrategias o recursos… que están muy bien, de momento. Así, seguimos con el asistencialismo y trabajamos para la persona cubriendo sus necesidades y con poca conexión con las circunstancias que le han llevado a esas situaciones de abandono… y otras más.
Estas personas, que podemos encontrarlas en la situación de marginación pueden ser: incipientes, habituales y crónicas. Necesitan, para romper la raíces de su pobreza, que algunas lo están deseando, una persona o personas que caminen con ella en el proceso que le corresponda, según su situación y dar unos “pasos” hacía su liberación. El proceso es largo, el camino es duro, pero apasionante ya que vas a vincular tu corazón al corazón de la “Persona sin Hogar” .Más adelante hablo de ello. Me han dicho más de una vez cuando he comenzado la entrevista con cualquier persona de éstas y a caminar con ellas en el proceso que voluntariamente han aceptado, ayudándolas a salir de su situación: “Si yo hubiera tenido lo que tengo en esta Casa y con este voluntariado, cuando caí por primera vez en la pobreza, no habría llegado donde estoy, me hubiera liberado. ¡Es doloroso, muy doloroso el verse así!.
¿Sabéis qué día ha de ser para cualquiera de nosotros el “ Día de la Persona sin Hogar.”? Simplemente el día que acompañando a una de estas personas lleguemos a entrar con ella en el Campo de la pobreza. ¡Que es enorme!. ¡Es inmenso!. Pero no vayamos a entrar ni de” visita” ni de “puntillas”, ni con prisas. Y mucho menos con miedo. El miedo construye inseguridades. Vamos a caminar, para hacer una senda con un compromiso serio, muy serio de ayuda a esa persona. Simplemente dar vida donde no la hay. Amigos/as para entrar en ese inmenso Campo hay que entrar por una puerta muy estrecha; “¡Qué estrecha es la puerta y qué angosta la senda que lleva a la vida y cuán pocos los que dan con ella! “ (Mt.7,13). Para empezar a entrar tienes que abajarte y si quieres continuar ponerte a la altura de la persona que va ser tu compañero/a de viaje. Escúchale sus lamentos. Ayúdale en sus marchas y contramarchas… Alguien me dirá ¡Imposible!. Sigue hablando la experiencia: ¡No es imposible!. La llave de esa puerta pequeña, ¿sabes quién la tiene? La tenemos tú y yo si nos comprometemos a dar la mano a y a dar la cara por la persona marginada y excluida. Sin miedo al camino a recorrer y mucho menos a comentarios ni a críticas que lo único que hacen es destruir. Quédate cerca de la persona y dale los mejores sentimientos de comprensión, ayuda, escucha ternura. Nacerá la esperanza y su autoestima y su YO comenzará a tener vida y fe en sí mismo. Será la persona abandonada, la protagonista de su propia liberación. Vamos a intentarlo. Imposible no es. Habrá una persona menos en el Campo de la pobreza. Entonces podremos celebrar a lo grande el “Día de la Persona sin Hogar”. Crecerá nuestra Iglesia. Salvador. Alicante, 15 Noviembre 2016.
martes, 22 de noviembre de 2016
miércoles, 12 de octubre de 2016
LOS VOLUNTARIOS ARTESANOS DE LA MISERICORDIA
Hermanos y hermanas, vosotros representáis el gran y variado mundo del voluntariado. Entre las realidades más hermosas de la Iglesia os encontráis vosotros que cada día, casi siempre de forma silenciosa y escondida, dais forma y visibilidad a la misericordia. Vosotros sois artesanos de la misericordia: con vuestras manos, con vuestros ojos, con vuestro oído atento, con vuestra cercanía, con vuestras caricias...artesanos. Vosotros manifestáis uno de los deseos más hermosos del corazón del hombre: hacer que una persona que sufre se sienta amada.
En las distintas condiciones de indigencia y necesidad de muchas personas, vuestra presencia es la mano tendida de Cristo que llega a todos. Vosotros sois la mano tendida de Cristo que llega a todos. ¿Lo habéis pensado?.La credibilidad de la Iglesia pasa también de manera convincente a través de vuestro servicio a los niños abandonados, los enfermos, los pobres sin comida ni trabajo, los ancianos, los sin techo, los prisioneros, los refugiados y los emigrantes, así como a todos aquellos que han sido golpeados por las catástrofes ... En definitiva donde quiera que haya una petición de auxilio allí llega vuestro testimonio activo y desinteresado. Vosotros hacéis visible la Ley de Cristo, la de llevar los unos los pesos de los otros (cf. Gal 6,2: Jn 13, 24). Queridos hermanos y hermanas vosotros tocáis la carne de Cristo, con vuestras manos, no lo olvidéis. Tocáis la carne de Cristo con vuestras manos. Sed siempre diligentes en la solidaridad, fuertes en la cercanía, solícitos en generar alegría y convincentes en el consuelo.....Estad siempre contentos y llenos de alegría por vuestro servicio, pero no dejéis que nunca sea motivo de presunción que lleva a sentirse mejores que los demás. Por el contrario vuestra obra de misericordia sea humilde y elocuente prolongación de Jesucristo que sigue inclinándose y haciéndose cargo de quién sufre. De hecho el amor "edifica" (l Cor 8,1) y, dia tras día permite a nuestras comunidades ser signo dela comunión fraterna.
Hablad al Señor de esto...El Señor nos escucha: Llamadlo. Señor, mira esto. Mira cuánta pobreza,cuánta indiferencia, cuánto se mira para otro lado. "Esto no me concierne a mi, no me importa". Hablad con el Señor: "Señor, ¿por qué?. Señor, ¿por qué?. ¿Por qué soy tan débil y tú me has llamado a este servicio?. Ayúdame, dame fuerza y humildad" El núcleo de la misericordia es este diálogo con el corazón misericordioso de Jesús....
jueves, 22 de septiembre de 2016
CONOCÍ UN NUEVO ACOGIDO
Hace unos días conocí a un nuevo acogido inmigrante en Acomar. Llamó a la puerta de Acomar con la esperanza de que alguien le pudiese ayudar. Llevaba consigo una bolsa llena de mendrugos de pan que había encontrado por la calle y ese era su pan de cada día. No comía comida caliente desde hacía más de veinte días. Ese mismo día, gracias a la colaboración de los voluntarios, pudo cenar un plato de comida caliente. Pero el acogido necesitaba algo más allá de un apoyo físico, como es saciar el hambre y la higiene; necesitaba que lo escucharan, que lo comprendiesen y enseguida se sintió amparado en Acomar. Contaba que desde hacía mucho tiempo se sentía vacío por dentro y que buscaba ayuda para llenar su interior. Además, narraba que es difícil encontrar ayuda en la calle. Él nunca pensó estar en una situación de pobreza y cualquiera puede llegar a una situación como ésta, por ello, no entiende que en la calle le mire con desprecio y no lo ayuden.
Su próximo objetivo es volver a su país de procedencia ya que piensa que allí encontrará una vida mejor. Para ello necesita tener un orden en su vida. Necesita un orden a nivel administrativo (papeles, dinero…), pero también un orden personal e interior que le permita volver a su país. A penas unos días después de su entrada viste ropa nueva y una sonrisa sincera porque se siente en paz en Acomar. Le han sabido atender, entender cuáles eran sus verdaderas necesidades y ahora llevan a cabo su seguimiento personal y también tiene cubiertas todas las necesidades primarias a la espera de poder llegar a su país.
Una vol
Su próximo objetivo es volver a su país de procedencia ya que piensa que allí encontrará una vida mejor. Para ello necesita tener un orden en su vida. Necesita un orden a nivel administrativo (papeles, dinero…), pero también un orden personal e interior que le permita volver a su país. A penas unos días después de su entrada viste ropa nueva y una sonrisa sincera porque se siente en paz en Acomar. Le han sabido atender, entender cuáles eran sus verdaderas necesidades y ahora llevan a cabo su seguimiento personal y también tiene cubiertas todas las necesidades primarias a la espera de poder llegar a su país.
Una vol
jueves, 8 de septiembre de 2016
TESTIMONIO DE UN ACOGIDO DE ACOMAR
Cuando uno no está preparado para los golpes, ni el sufrimiento, ni el dolor que le esconde la vida, cuando uno empieza a perder la pasión, la ilusión y el interés por todo, cuando uno no tiene el coraje de reconocer sus problemas e intentar solucionarlos, se vuelve vulnerable y débil, y allí empieza a caerse en el pozo de la soledad, la marginación y el alcohol.
Y cuando esa persona se junta con malas compañías y vive en un entorno que no le ayuda a salir de ese pozo, pues solo le queda que aparezca la ayuda divina.
Una mañana me levanté sin ser capaz de recordar nada de lo ocurrido en la noche anterior y no sabía cómo había llegado a mi habitación. Me asusté -era mi primera amnesia alcohólica- pero luego no le di mucha importancia, creía que era algo normal después de beber mucho alcohol. Pero empecé a sufrirlas más frecuentemente, cada vez que me pasaba me sentía mal, aparte de que perdía cosas o me pasada algo, hasta que llegué a perderlo todo: “mis documentos, mi dinero, mi teléfono, etc.”. Pero lo más valioso que perdí fue a mí mismo y a mi dignidad como persona.
Cada vez era más difícil controlar mi consumo de alcohol, hasta que un día sufrí un accidente de trabajo -casi me costó el puesto de trabajo- y ahí empecé a reflexionar sobre mi problema con el alcohol.
Dejé de beber unos días pero volví a beber de nuevo, y con mayor ansiedad e intensidad. Luego me di cuenta que yo sólo no podía salir de este pozo, y que tenía que hablar con alguien de confianza. Sin pensarlo acudí a la única persona en quien confío y que me había ayudado mucho en el pasado: Salvador, presidente de ACOMAR.
Le conté todo lo que me estaba pasando, y él me preguntó si estaba dispuesto a dejar el alcohol y a combatir todas las tentaciones. Me avisó que el camino iba a ser largo y muy duro. Desde aquel momento empezó todo, y con las charlas diarias que tengo con él y el tratamiento médico de la UCA, empecé poco a poco a superar la etapa de confusión y pérdida, y Salvador siempre me insistía en que tengo que ser humilde y buscar la paz en mi interior, saber controlar mis actitudes por mucho daño que me haya hecho el alcohol, y siempre ante cualquier problema refugiarme en nuestro señor Jesucristo.
Estoy muy agradecido por la acogida, dedicación y calidad humana prestada por Salvador, Mercedes y todos los voluntarios de ACOMAR. No tengo palabras suficientes para transmitirles a todos ustedes mi más sincero agradecimiento. En ACOMAR sentí la verdadera pertenencia a una gran familia Cristiana unida.
Otra vez gracias por querer vivir conmigo estos momentos difíciles y complicados de mi vida.
GRACIAS SEÑOR.
Y cuando esa persona se junta con malas compañías y vive en un entorno que no le ayuda a salir de ese pozo, pues solo le queda que aparezca la ayuda divina.
Una mañana me levanté sin ser capaz de recordar nada de lo ocurrido en la noche anterior y no sabía cómo había llegado a mi habitación. Me asusté -era mi primera amnesia alcohólica- pero luego no le di mucha importancia, creía que era algo normal después de beber mucho alcohol. Pero empecé a sufrirlas más frecuentemente, cada vez que me pasaba me sentía mal, aparte de que perdía cosas o me pasada algo, hasta que llegué a perderlo todo: “mis documentos, mi dinero, mi teléfono, etc.”. Pero lo más valioso que perdí fue a mí mismo y a mi dignidad como persona.
Cada vez era más difícil controlar mi consumo de alcohol, hasta que un día sufrí un accidente de trabajo -casi me costó el puesto de trabajo- y ahí empecé a reflexionar sobre mi problema con el alcohol.
Dejé de beber unos días pero volví a beber de nuevo, y con mayor ansiedad e intensidad. Luego me di cuenta que yo sólo no podía salir de este pozo, y que tenía que hablar con alguien de confianza. Sin pensarlo acudí a la única persona en quien confío y que me había ayudado mucho en el pasado: Salvador, presidente de ACOMAR.
Le conté todo lo que me estaba pasando, y él me preguntó si estaba dispuesto a dejar el alcohol y a combatir todas las tentaciones. Me avisó que el camino iba a ser largo y muy duro. Desde aquel momento empezó todo, y con las charlas diarias que tengo con él y el tratamiento médico de la UCA, empecé poco a poco a superar la etapa de confusión y pérdida, y Salvador siempre me insistía en que tengo que ser humilde y buscar la paz en mi interior, saber controlar mis actitudes por mucho daño que me haya hecho el alcohol, y siempre ante cualquier problema refugiarme en nuestro señor Jesucristo.
Estoy muy agradecido por la acogida, dedicación y calidad humana prestada por Salvador, Mercedes y todos los voluntarios de ACOMAR. No tengo palabras suficientes para transmitirles a todos ustedes mi más sincero agradecimiento. En ACOMAR sentí la verdadera pertenencia a una gran familia Cristiana unida.
Otra vez gracias por querer vivir conmigo estos momentos difíciles y complicados de mi vida.
GRACIAS SEÑOR.
miércoles, 10 de agosto de 2016
TESTIMONIO DE UNA VOLUNTARIA A LOS 6 MESES DE ENTRAR EN ACOMAR
Hace seis meses que tuve la gran fortuna de entrar a formar parte de la pequeña o gran familia de Acomar.
El Señor, nos va llamando a lo largo de nuestra vida para colaborar con Él. Unas veces aquí, otras allá, otras más allá….pero siempre que hay una llamada, debe haber una respuesta.
En mi caso, una respuesta desde el Evangelio y, aunque esta respuesta me llevó años darla, creo que se dió en el momento en el que estaba madura para poder dar el paso.
En ningún momento sentí inquietud, ni nerviosismo ante algo que, para mí era desconocido. Al contrario, había mucha paz y una inmensa ilusión.
Fui acogida con los brazos abiertos tanto por Salvador y Mercedes, cómo por los voluntarios que llevaban ya muchos años colaborando con este precioso proyecto.
Desde el primer día tomé conciencia de lo que significaba el inmenso campo de la pobreza y, por esa razón, sentía que tenía que “descalzar el alma, porque lo que tenía delante era terreno sagrado”.
Y así, empieza una nueva etapa en mi vida. Tengo ante mí todo un reto. Personas con rostro concreto, con nombre propio y con historias dolorosas y lacerantes que, han sido acogidas en Acomar, para curar sus heridas y acompañarlas en su proceso para recuperar su dignidad. Ser escuchadas, queridas, acompañadas. Personas que ya han dejado de ser “invisibles”.
Estos meses han sido de aprendizaje contínuo. Cada tarde es un nuevo descubrimiento, es una nueva experiencia. Es descubrir que el ser humano puede caer muy bajo, pero que, también, con un inmenso amor, puede ser levantado y abrazado para emprender un largo camino de esperanza.
Acomar, no se puede entender si dejamos a un lado a la Providencia Divina. Esta Providencian que, ha acompañado a Salvador y a Mercedes a lo largo ya de 26 años.
Ellos creyeron en el Evangelio y que, de la mano de Jesús y de su madre, María era posible sentarse al lado de los que nada tenían y empezar dando todo lo que tenían: “un bocadillo y un café con leche”. Pero, seguros que eso se multiplicaría y se haría realidad: “dadles vosotros de comer”.
He podido reflexionar a lo largo de estos meses para darme cuenta que hay proyectos que sólo pueden venir de Dios. Ya lo dice Hechos de los Apóstoles: “dejad a estos hombres, si es obra suya se deshará, pero si es de Dios no tenéis nada que hacer”.
Cómo se puede permanecer 26 años, llenos de problemas y dificultades si esta empresa no la lleva el Señor?.
Esto en cuánto a lo material. Tener recursos suficientes para atender a tantísimas personas, cada día, cada semana, cada año y así hasta 26!!!.
Pero la parte más hermosa es la de poder mirar a cada acogido y saber que ahí está Jesús. Con ese sufrimiento concreto, con esa lucha diaria para no volver a caer, para volverse a levantar…porque siempre habrá alguien que le dirá con un inmenso cariño: “venga levanta y vamos a intentarlo juntos”.
Cada bolsa que se prepara, cada tarrina que se envuelve, tiene como destino una persona concreta, con sus luces y sus sombras.
El primer día cuándo volvía para mi casa quería recordar cada cara, cada sonrisa, cada “gracias” que, había recibido esa tarde.
Cada semana se nos informa de cómo van los procesos y yo intentaba ponerle nombre a la cara. Necesitaba acercarme a los acogidos sabiendo que detrás de cada sonrisa que me dirigían había todo un camino recorrido y mucho dolor acumulado.
Después de estos meses ya puedo llamar a cada uno por su nombre. Hablo con cada uno de sus aficiones y la sonrisa y el gracias es mutuo. Ya no es un grupo de personas. Es el mismo Jesús en cada uno de ellos.
Y esta experiencia es un gran regalo del Señor. No por méritos propios sino porque cada día nos sorprende con la novedad de su Amor. Y este regalo se mete hasta lo más profundo del ser y es ahí dónde se produce la maravilla del “encuentro” que, ya no tiene barreras y cada nombre se paladea con dulzura porque ya son “visibles en el corazón”. Gregorio, Alejandro, Pedro, Jorge, José….
Y esta hermosa experiencia la abraza con infinito amor, María, nuestra madre que, nos va susurrando al corazón cómo una suave brisa: HACED LO QUE ÉL OS DIGA”. Conchi (voluntaria de Acomar)
El Señor, nos va llamando a lo largo de nuestra vida para colaborar con Él. Unas veces aquí, otras allá, otras más allá….pero siempre que hay una llamada, debe haber una respuesta.
En mi caso, una respuesta desde el Evangelio y, aunque esta respuesta me llevó años darla, creo que se dió en el momento en el que estaba madura para poder dar el paso.
En ningún momento sentí inquietud, ni nerviosismo ante algo que, para mí era desconocido. Al contrario, había mucha paz y una inmensa ilusión.
Fui acogida con los brazos abiertos tanto por Salvador y Mercedes, cómo por los voluntarios que llevaban ya muchos años colaborando con este precioso proyecto.
Desde el primer día tomé conciencia de lo que significaba el inmenso campo de la pobreza y, por esa razón, sentía que tenía que “descalzar el alma, porque lo que tenía delante era terreno sagrado”.
Y así, empieza una nueva etapa en mi vida. Tengo ante mí todo un reto. Personas con rostro concreto, con nombre propio y con historias dolorosas y lacerantes que, han sido acogidas en Acomar, para curar sus heridas y acompañarlas en su proceso para recuperar su dignidad. Ser escuchadas, queridas, acompañadas. Personas que ya han dejado de ser “invisibles”.
Estos meses han sido de aprendizaje contínuo. Cada tarde es un nuevo descubrimiento, es una nueva experiencia. Es descubrir que el ser humano puede caer muy bajo, pero que, también, con un inmenso amor, puede ser levantado y abrazado para emprender un largo camino de esperanza.
Acomar, no se puede entender si dejamos a un lado a la Providencia Divina. Esta Providencian que, ha acompañado a Salvador y a Mercedes a lo largo ya de 26 años.
Ellos creyeron en el Evangelio y que, de la mano de Jesús y de su madre, María era posible sentarse al lado de los que nada tenían y empezar dando todo lo que tenían: “un bocadillo y un café con leche”. Pero, seguros que eso se multiplicaría y se haría realidad: “dadles vosotros de comer”.
He podido reflexionar a lo largo de estos meses para darme cuenta que hay proyectos que sólo pueden venir de Dios. Ya lo dice Hechos de los Apóstoles: “dejad a estos hombres, si es obra suya se deshará, pero si es de Dios no tenéis nada que hacer”.
Cómo se puede permanecer 26 años, llenos de problemas y dificultades si esta empresa no la lleva el Señor?.
Esto en cuánto a lo material. Tener recursos suficientes para atender a tantísimas personas, cada día, cada semana, cada año y así hasta 26!!!.
Pero la parte más hermosa es la de poder mirar a cada acogido y saber que ahí está Jesús. Con ese sufrimiento concreto, con esa lucha diaria para no volver a caer, para volverse a levantar…porque siempre habrá alguien que le dirá con un inmenso cariño: “venga levanta y vamos a intentarlo juntos”.
Cada bolsa que se prepara, cada tarrina que se envuelve, tiene como destino una persona concreta, con sus luces y sus sombras.
El primer día cuándo volvía para mi casa quería recordar cada cara, cada sonrisa, cada “gracias” que, había recibido esa tarde.
Cada semana se nos informa de cómo van los procesos y yo intentaba ponerle nombre a la cara. Necesitaba acercarme a los acogidos sabiendo que detrás de cada sonrisa que me dirigían había todo un camino recorrido y mucho dolor acumulado.
Después de estos meses ya puedo llamar a cada uno por su nombre. Hablo con cada uno de sus aficiones y la sonrisa y el gracias es mutuo. Ya no es un grupo de personas. Es el mismo Jesús en cada uno de ellos.
Y esta experiencia es un gran regalo del Señor. No por méritos propios sino porque cada día nos sorprende con la novedad de su Amor. Y este regalo se mete hasta lo más profundo del ser y es ahí dónde se produce la maravilla del “encuentro” que, ya no tiene barreras y cada nombre se paladea con dulzura porque ya son “visibles en el corazón”. Gregorio, Alejandro, Pedro, Jorge, José….
Y esta hermosa experiencia la abraza con infinito amor, María, nuestra madre que, nos va susurrando al corazón cómo una suave brisa: HACED LO QUE ÉL OS DIGA”. Conchi (voluntaria de Acomar)
lunes, 4 de julio de 2016
"La solidaridad es la ternura del corazón"
Esa demostración ocurrió el pasado día 1 de Julio a las 20´00 horas en la capilla del patio central del Colegio de las Hermanos Maristas, en Alicante. La convocatoria, se hizo pocos días antes. El único objetivo era recabar comida precocinada para las personas muy muy pobres que diariamente en un promedio de 70, acuden a la Casa de Acogida y Seguimiento de ACOMAR. Se ofrecía a cambio, el asistir a un concierto solidario, en Colegio Maristas, con actuación del Coro Musiquetas de Padres y el Coro Hacienda del Mar, dirigido todo por la batuta de D. Alejandro Huertas.La entrada no había que encargarla, ni reservarla, solamente traer dos latas de alimentos precocinados y entregarlas a la puerta. Así de sencillo. El público que asistió fenomenal y respondió aportando su entrada generosamente. Algunos asistentes traían para una sola hasta tres entradas. Disfrutamos todos de unas bellisimas interpretaciones de ambos Coros, dominando perfectamente todas las partituras, había unas cuarenta voces y eran todas una sola voz dirigidos de forma maravillosa por su Director D. Alejandro Huertas. Desde aquí a todos/as muchísimas gracias, de todo corazón en nombre de ACOMAR y de las personas muy pobres de ACOMAR. Gracias. Gracias. Amigos/as que bien salen los proyectos cuando hay un camino marcado y unos pasos a dar, sobre todo si los beneficiarios van a ser las personas más desfavorecidas. Aquí, sin conocernos, sale, de inmediato, lo que es el espíritu de trabajo en equipo. Todos unidos por una misma causa. Hay persona que tienen muchas carencias, muchas, tanto externas como internas. Ante tantas carencias, a todos/as nos mueve una palabra muy sencilla: la palabra COMPARTIR. Todos tenemos un único objetivo. COMPARTIR CON.... quien más necesitado/a está. Entonces nace la palabra solidaridad, que nos ayuda a encontrarnos con nosotros mismos y con los demás, sembrando esperanza ante tantas contrariedades.
No es muy difícil ir creando un mundo solidario, fraterno, humano... ante tanta injusticia y marginalidad. Solamente tenemos que dejar que hable el corazón y cuando el corazón habla comienza a COMPARTIR AMOR. Gracias a todos en nombre de la Comunidad de Voluntarios/as y de las personas muy necesitadas a las que atendemos y servimos.
jueves, 16 de junio de 2016
LA POBREZA NO SE HEREDA SE GENERA
Cuando dialogamos con las personas que atendemos y servimos, diariamente desde el voluntariado, en ACOMAR, interesándonos por saber la raíz o raíces que la tienen atada a su situación de pobreza, para entre todos comenzar a ir eliminando poco a poco, esa situación, y que vaya la persona consiguiendo su libertad; llegamos a la conclusión de que muchos casos, muchas situaciones se podían haber solucionado y serían muchas menos las personas que estarían enraizadas en el inmenso campo de la pobreza. Pero, en su momento, no encontraron ni una mano, ni un corazón amigos que le hubieran ayudado en aquellas situaciones, desesperadas, de carencias.
Aquel desamparo le llevó a hundirse en el campo de la pobreza y como no había quien le cubriera no solamente su necesidad sino que también le llevara la alegría y la esperanza a su YO, que estaba completamente roto, echó raíces y allí se quedó. Naturalmente mientras más tiempo pasaba más profundas eran aquellas raíces. ¡Qué pena!.
Este campo es inmenso. Algún día hablaré de él. Está en nuestra sociedad, en nuestro mundo civilizado y también a la vuelta de la esquina. Está lleno de personas como tú y yo: jóvenes, mayores y niños. Unas incipientes, otras habituales y otras crónicas. Están a la espera, a la espera de que alguien se acuerde de ellas. No tienen a dónde ni a quién acogerse, para algo tan simple como escuchar y escuchar a la persona. La importancia de la escucha y también el diálogo. Todo el tiempo que necesite la persona.
No basta, no basta con cubrir su necesidad de alimentación, de alojamiento, de ropa… que está muy bien, muy bien…pero hay mucho más en ella. Lo repito una y las veces que hagan falta. Si nos quedamos ahí, nos quedaríamos a mitad de camino. Estas personas nos piden algo más. Te reclaman que la escuches en sus lamentos, porque de tras de sus lamentos vas a encontrar muchas “heridas”. Las más profundas son las que no se ven con los ojos de la cara. Hay que comenzar a curárselas con los ojos del corazón. Cuando tu corazón y mi corazón hablan, transmiten sentimientos de amor, que se han de expresar en el servicio a la persona en palabras y en obras, sobre todo obras. Es fácil coger un micrófono y llenarlo de palabras, palabras, palabras… teorías, teorías…, es fácil y se puede quedar muy bien. Eso, a la persona muy pobre, no le sirve de nada.
La “heridas” más profundas no se curan con agua del grifo. Junto a su YO hay mucho trabajo que realizar. ¿Cómo vas a llenar el vacío interior profundo que esas “heridas” han dejado en su YO? Necesitan una terapia especial. Un servicio especial, que se ha de transmitir con sentimientos de amor, comprensión, escucha, paciencia, ternura… Es entonces, cuando el corazón de la persona muy muy pobre necesita más proximidad, más cercanía, más trato directo. Es entonces cuando nos está pidiendo que nos pongamos a su altura. Que entremos en su YO, pero no con escalones ni distancias, ni de visita: No. No. porque entonces sería imposible de entendernos. Amigos, la pobreza no se hereda, se genera. En cuanto dejamos a estas personas a su suerte y no queramos complicarnos la vida, volviendo la cara para otro lugar, las olvidamos… ya las estamos hundiendo en el campo de la pobreza, y la pobreza aumenta y aumenta y nuestra sociedad se resquebraja. En vez de nacer el amor, llega la indiferencia, y el abandono y comienzan a nacer en el corazón de la persona muy muy pobre las “heridas” profundas. Nunca perdamos de vista, de que son personas como tú y como yo y que están llenas de “heridas” tanto externas como internas. Hay que ayudar a curar esas “heridas,” para llegar a su libertad. Están “atadas”. “El Espíritu del Señor está sobre mí, me ungió para evangelizar a los pobres; me envió a predicar a los cautivos la libertad, a los ciegos la recuperación dela vista, para poner en libertad a los oprimidos, para anunciar un año de gracia para el Señor.” (Lc.4,18,19)
¿Os acodáis dela parábola del rico Epulón y Lázaro?. “Éste último solamente pedía de las migajas que caían de la mesa…, no las tenía. Solamente llegaban los perros y le lamían las úlceras.” (Lc.16,21). Os acodáis de la carta del apóstol Santiago “ De aquel que llegaba a la asamblea con anillos de oro y trajes magníficos y le decían pasa y siéntate honrosamente y luego llegaba el pobre y le decían: Tu siéntate donde puedas. (Sant.2,1,3).
Creo, que a este mundo no nos ha traído el Señor para dejar herederos de pobreza. Él nos quiere a todos mucho más. En su vida nos demostró que no quiere el sufrimiento. Él luchó y dio la cara para que estas personas tuvieran su dignidad y libertad. Estoy seguro que tampoco me ha traído para generar pobreza, sino para compartir lo que somos y lo que tenemos, con aquellos que están en lo más hondo del campo de la pobreza.
Hay unas palabras muy bonitas de nuestro Papa Francisco que las pronunció en Lesbos, lugar
de llegada de muchos inmigrantes el 16/04/16. Que dicen asi: “Solo el que sirve con amor construye la paz. El servicio nos hace salir de nosotros mismos para cuidar a los demás, no deja que las personas y las cosas se destruyan, sino que sabe protejerlas, superando la dura costra de la indiferencia que nubla la mente y el corazón”.
Alicante, 13 Junio 2016.
Salvador.
El mayor error que podemos cometer, es no hacer nada por miedo a equivocarnos.
Aquel desamparo le llevó a hundirse en el campo de la pobreza y como no había quien le cubriera no solamente su necesidad sino que también le llevara la alegría y la esperanza a su YO, que estaba completamente roto, echó raíces y allí se quedó. Naturalmente mientras más tiempo pasaba más profundas eran aquellas raíces. ¡Qué pena!.
Este campo es inmenso. Algún día hablaré de él. Está en nuestra sociedad, en nuestro mundo civilizado y también a la vuelta de la esquina. Está lleno de personas como tú y yo: jóvenes, mayores y niños. Unas incipientes, otras habituales y otras crónicas. Están a la espera, a la espera de que alguien se acuerde de ellas. No tienen a dónde ni a quién acogerse, para algo tan simple como escuchar y escuchar a la persona. La importancia de la escucha y también el diálogo. Todo el tiempo que necesite la persona.
No basta, no basta con cubrir su necesidad de alimentación, de alojamiento, de ropa… que está muy bien, muy bien…pero hay mucho más en ella. Lo repito una y las veces que hagan falta. Si nos quedamos ahí, nos quedaríamos a mitad de camino. Estas personas nos piden algo más. Te reclaman que la escuches en sus lamentos, porque de tras de sus lamentos vas a encontrar muchas “heridas”. Las más profundas son las que no se ven con los ojos de la cara. Hay que comenzar a curárselas con los ojos del corazón. Cuando tu corazón y mi corazón hablan, transmiten sentimientos de amor, que se han de expresar en el servicio a la persona en palabras y en obras, sobre todo obras. Es fácil coger un micrófono y llenarlo de palabras, palabras, palabras… teorías, teorías…, es fácil y se puede quedar muy bien. Eso, a la persona muy pobre, no le sirve de nada.
La “heridas” más profundas no se curan con agua del grifo. Junto a su YO hay mucho trabajo que realizar. ¿Cómo vas a llenar el vacío interior profundo que esas “heridas” han dejado en su YO? Necesitan una terapia especial. Un servicio especial, que se ha de transmitir con sentimientos de amor, comprensión, escucha, paciencia, ternura… Es entonces, cuando el corazón de la persona muy muy pobre necesita más proximidad, más cercanía, más trato directo. Es entonces cuando nos está pidiendo que nos pongamos a su altura. Que entremos en su YO, pero no con escalones ni distancias, ni de visita: No. No. porque entonces sería imposible de entendernos. Amigos, la pobreza no se hereda, se genera. En cuanto dejamos a estas personas a su suerte y no queramos complicarnos la vida, volviendo la cara para otro lugar, las olvidamos… ya las estamos hundiendo en el campo de la pobreza, y la pobreza aumenta y aumenta y nuestra sociedad se resquebraja. En vez de nacer el amor, llega la indiferencia, y el abandono y comienzan a nacer en el corazón de la persona muy muy pobre las “heridas” profundas. Nunca perdamos de vista, de que son personas como tú y como yo y que están llenas de “heridas” tanto externas como internas. Hay que ayudar a curar esas “heridas,” para llegar a su libertad. Están “atadas”. “El Espíritu del Señor está sobre mí, me ungió para evangelizar a los pobres; me envió a predicar a los cautivos la libertad, a los ciegos la recuperación dela vista, para poner en libertad a los oprimidos, para anunciar un año de gracia para el Señor.” (Lc.4,18,19)
¿Os acodáis dela parábola del rico Epulón y Lázaro?. “Éste último solamente pedía de las migajas que caían de la mesa…, no las tenía. Solamente llegaban los perros y le lamían las úlceras.” (Lc.16,21). Os acodáis de la carta del apóstol Santiago “ De aquel que llegaba a la asamblea con anillos de oro y trajes magníficos y le decían pasa y siéntate honrosamente y luego llegaba el pobre y le decían: Tu siéntate donde puedas. (Sant.2,1,3).
Creo, que a este mundo no nos ha traído el Señor para dejar herederos de pobreza. Él nos quiere a todos mucho más. En su vida nos demostró que no quiere el sufrimiento. Él luchó y dio la cara para que estas personas tuvieran su dignidad y libertad. Estoy seguro que tampoco me ha traído para generar pobreza, sino para compartir lo que somos y lo que tenemos, con aquellos que están en lo más hondo del campo de la pobreza.
Hay unas palabras muy bonitas de nuestro Papa Francisco que las pronunció en Lesbos, lugar
de llegada de muchos inmigrantes el 16/04/16. Que dicen asi: “Solo el que sirve con amor construye la paz. El servicio nos hace salir de nosotros mismos para cuidar a los demás, no deja que las personas y las cosas se destruyan, sino que sabe protejerlas, superando la dura costra de la indiferencia que nubla la mente y el corazón”.
Alicante, 13 Junio 2016.
Salvador.
El mayor error que podemos cometer, es no hacer nada por miedo a equivocarnos.
viernes, 27 de mayo de 2016
El Corpus con los pobres
Volteo de campanas. El mejor traje, la mejor ropa, la mejor comida. Hoy es es el día del Corpus. El dicho popular es muy cierto: "Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol; Jueves Santo, Corpus Cristi y el día de la Ascensión. Hoy es uno de esos jueves. Hay que estar a tono con el antiguo dicho popular, aunque luego se celebre en domingo. Podemos decir es el Día del Señor y el Señor sale hoy por las calles en una solemne procesión. Muchas flores, incienso, velas, cirios... Hay que engalanar las calles y balcones y hay que acompañar al Señor, presente en la Eucaristía. Todo, todo está muy bien. El Señor se lo merece todo y más... Pero hay junto a todo esto, otro Corpus muy diferente. ¿Cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, sediento y te dimos de beber, sin techo y te acogimos enfermo y te dimos medicinas, desnudo y te vestimos en la calle abandonado y te ayudamos..?.El Rey les dirá cuántas veces hicisteis eso a uno de estos mis hermanos, los más débiles, a mi me lo hicisteis" (Mt, 25, 40). Amigos, aquí no está la procesión de las flores, del incienso, de las velas, de los protocolos de la organización... No. No. Pero sí está el Señor y está en la calle y diariamente hace su "procesión" en el cuerpo de cada mendigo, vagabundo, sin techo, enfermo mental, alcohólico... También podríamos acompañarlo y saber el por qué ha llegado a esa situación de abandono, miseria, soledad, desamparo... y juntamente con otros amigos/as, estar permanentemente junto a estas personas, no ocasionalmente... y poco a poco ir ayudándole a salir de esas situaciones.. No hay mayor alegría para el Señor y para cada persona necesitada, que tener su dignidad. Hay personas que trabajan en todas estas actividades, pero hacen falta muchas más. La pobreza no descansa y avanza y no para de destruir personas. ¡Qué buen regalo para el Señor atenderlo cada día en la "procesión" del dolor y del sufrimiento de cada persona muy muy pobre, que es donde también está Él. ¡Ayúdanos Señor!
lunes, 23 de mayo de 2016
El Pentecostés de las personas muy pobres
Junto a nosotros hay muchas personas, que por las circunstancias que sean, han sufrido y están sufriendo muchos "golpes" en sus vidas: fracasos, enfermedad, olvidos, distancias, carencias... Todo eso, le han producido unas "heridas" tanto internas como externas. Viven en el desamparo. están en el mundo, en nuestra sociedad sin rumbo definido. ¡Qué pena!. Esperan y esperan alguna buena noticia que les pueda aliviar sus vidas. Llega Pentecostés. Es el momento en el que la Iglesia, y los pobres son Iglesia, recibe la fuerza del Espíritu para regenerarlo todo. Tenemos que tener abierto lo que estaba cerrado y salir en busca de aquellas personas que por miedo, no pueden salir de sus vidas de sufrimiento. Podemos repetir ¡ Ven Espíritu Santo!. ¡Ven en ayuda de todos! Ven y abre nuestros corazones, para que con tu fuerza, Tú que eres padre los pobres, nos ayudes a llegar a curar las "heridas" de todas aquellas personas que están esperando salir de esas situaciones de angustias y sufrimientos. Que seamos capaces de compartir los sentimientos de nuestro corazón, nacidos del Evangelio, con el corazón de la persona muy pobres,para que seamos de la forma más humilde, portadores de tu alegría y de tu PAZ. ¿De dónde vamos a sacar,diariamente las fuerzas, para seguir en ACOMAR junto a estas personas, si no es de tu aliento?. ¡Ven Espíritu Santo.!. ¡Quédate en ACOMAR, con todos, voluntarios, acogidos y atendidos para estando unidos a Tí podamos celebrar el auténtico Pentecostes diariamente. Dar vida donde no hay vida, AMANDONOS. ¡Gracias Señor!"
jueves, 21 de abril de 2016
¿Cómo vivir de la Providencia?
Como todos los días ya habíamos organizado y preparado el trabajo para llevarlo a la práctica en nuestra Casa de Acogida y Seguimiento, para atender y servir a las personas muy muy necesitadas que acudían y acuden diariamente, buscando alguna solución para atenuar en gran problema de su vida que es la pobreza, sus carencias. Hay situaciones que nos ocurren en nuestras vidas, que se nos quedan gravadas en la mente y en el corazón, que por mucho tiempo que pasen, siempre están actuales. Pues bien, aquella tarde teníamos que atender a unas 60 personas. Todos los voluntarios estábamos preparados para comenzar. La compañera,voluntaria, que estaba en la cocina, viene a decirnos que para las personas que estaban en la calle, solamente teníamos 20 bocadillos y en la nevera un envase con 30 aceitunas. Que no había comida para tanta gente. Desde que comenzamos esta Obra, hace 26 años, los fundadores, desde nuestros inicios, captaron la idea de que nuestro trabajo tenía que ser sencillo, pobre, humilde... pero a la vez generoso, amplio, serio, con gran fuerza evangélica y cargado con una gran dosis de fe en el Señor, que es dueño de la Obra. Lo nuestro; trabajar y trabajar y que el Señor dirija, ordene, organice... y atienda su Obra. Los fundadores lo tenían muy claro: Trabajar, trabajar con todos los pobres, pero con total abandono en las manos del Señor. Así seguimos. Volviendo al caso que nos ocupa, abrimos las puertas de nuestra Casa, y comenzamos a atender con lo que teníamos a las 60 personas. Ya teníamos experiencia, de otras ocasiones que también habían escaseado los alimentos, la economía, la ropa... y siempre el Señor había salido a cubrir las necesidades de estas personas muy muy pobres. Nosotros trabajábamos y orábamos. Uno de los Acogidos, que ya llevaba tiempo con nosotros, ya que tenía una grave enfermedad, tenía conmigo una gran relación, le llevaba el seguimiento de su caso. Tenía sus creencias religiosas muy seguras. Se había dado cuenta de la situación. Me llama a parte y me dice: Vd. me ha comentado algunas veces que ACOMAR comenzó porque se creyó el Evangelio del Señor: "Buscad el reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura". ¿No es verdad?. Le digo que sí. Y continuó. Yo veo que aquí entre todos se vive el reino de Dios y vosotros los voluntarios, lo hacéis muy con todos nosotros. Vd. no se preocupe por lo demás, que si no hay comida vendrá. Le dije estoy seguro Manolo. Vamos a seguir rezando y tú conmigo. Así lo hicimos. Al poco tiempo apareció una señora y nos trajo un guisado de pollo, que tenía preparado para su familia, que estaba fuera y que no habían venido. Nos lo entregó. Luego llaman de un Colegio que habían estado de reunión y había sobrado tortillas, empanadillas... fuimos con el coche a recogerlo. Se repartió y comieron todos. Cuando terminamos le dije a mi compañera de la cocina, ¿Cómo está la nevera? Me la enseñó estaba llena. Todos le dimos gracias al Señor. Cuando terminamos mi amigo Manolo, me llamó a parte y en un papelito que todavía guardo,me escribió " No le diga a Dios que tiene un gran problema, dígale al problema que tiene un gran Dios". Le dí un abrazo y estaba llorando, de alegría. Mi amigo Manolo seguía en la Casa con nosotros. Al poco tiempo murió con nosotros. Su frase la tenemos en nuestra Casa escrita en un lugar especial.
lunes, 18 de abril de 2016
¿Somos conscientes de que hay pobreza a nuestro alrededor?
Diariamente llegan a nuestra Casa muchas personas excluidas o en vías de exclusión, que llevan sufriendo infinidad de carencias: sin techo, sin alimentos, sin higiene, enfermas, sin trabajo, sin futuro, sin esperanza, sin cariño, sin afecto...Muchas veces se habla de que, sería bueno, que cada día hubiera menos pobreza. Ante estas situaciones de desamparo, ni se puede pasar de largo, ni quedarnos con los brazos cruzados, ni pasar página, ni esperar a ver lo que hacen los demás... mientras estas personas sigue y siguen buscando que alguien les de una mano, para intentar salir de ese enorme campo de la pobreza. Para ello hay que comenzar por hablar menos y hacer más. A estas personas le interesan mucho más todo lo que podamos hacer con ellas, con la única idea de ir ayudándolas, en principio, para cubrir sus necesidades más elementales. Amigos/as, la pobreza no se hereda, la pobreza se genera y tú y yo, sin darnos cuenta, podemos a nuestro alrededor ir generando pobreza. Para este caso hay una palabra,que si la llevamos a la práctica, puede crear pobreza, que se llama indiferencia y luego en el Evangelio hay otra palabra preciosa que sirve para curar la anterior que se llama compartir. Mientras más se comparte menos pobreza hay. Mientras menos se comparte más pobreza hay. La felicidad la tenemos muy cercana cuando hacemos felices a los demás cada día."
lunes, 28 de marzo de 2016
Pascua de Resurrección
¡Feliz Pascua de Resurrección!. Nos podemos decir con toda amabilidad y cariño.¿ Pero para quien es la Feliz Pascua de Resurrección? Solamente para ti y para mi. No hemos entendido la Resurrección de Jesucristo. El Señor vive y nos sigue atendiendo y sirviendo lo mismo que en su vida pública. Nos hablan de que se aparece a sus discípulos, sale al encuentro de ellos, les explica las escrituras, le pregunta si han pescado algo, le pregunta a Pedro si le ama y sobre todo siempre les da su PAZ. Pues igual continúa al lado nuestro día a día. La Resurrección es un tema de fe. También nos habla a nosotros de que es posible resucitar a una vida mejor, con su ayuda. Se puede llevar una vida más sencilla, más humilde, más sincera, mas solidaria, más caritativa... El resucitar es el máximo objetivo de cada persona. Por lo tanto no se puede olvidar en ningún momento a aquellas personas muy muy pobres, que por la causa que sea están hundidas en el olvido, la marginación, la humillación, el desprecio... Porque para ellas también ha llegado su resurrección. Si tú y yo vamos cambiando del egoísmo al amor, de lo falso a lo verdadero, de lo pasivo a lo activo, de lo negativo a lo positivo ... y vamos creando un mundo solidario, seguro que aparecerá una mano amiga que le dirá toma mi mano y mi corazón que vamos a caminar juntos hacía tu propia resurrección, que equivale a caminar juntos hacia lograr tu dignidad, como persona que eres. Es entonces cuando tú y yo nos daremos un fuerte apretón de manos y nos diremos ¡Feliz Pascua de Resurrección!. Luego vendrá la person que hemos a ayudado y nos dirá, toma mi mano porque me habéis ayudado a tener mi dignidad. Esta es mi resurrección. Para realizar todo esto no hacen falta ni títulos ni diplomas, sino hechos realizados de corazón a corazón con la persona que necesita su dignidad.
La alegría de la resurrección es la libertad de la persona.
miércoles, 9 de marzo de 2016
ARTE Y AMOR
¡Daros prisa.! ¡Daros prisa!...,nos decía un amigo. ¡Que va a pasar la procesión, va a pasar el Cristo y nos queda que ver el “paso” y luego hay que ver el palio de la Madre Dolorosa y la entrada en el templo y para qué deciros del manto de la Virgen…! ¡Y mucha gente. Mucha gente.!. ¡Venga vamos!
Insistía. ¡Daros prisa!. Le decíamos: No corras Juanjo, (no es su nombre), porque Cristo no tiene prisa y su Madre, bajo palio, tampoco. Cristo lleva ya mucho tiempo clavado en la cruz y la cruz es señal de paciencia y servicio. Una cruz con prisas es más pesada. Su Madre bajo palio ya está acostumbrada a seguir las huellas de su Hijo y lo más importante en Ella es el silencio. Es impresionante el silencio de María al pie de la cruz de su Hijo. Pero allí estaba.
Juanjo, no tengas prisa que un Viernes Santo con prisas es un desierto sin oasis. A nuestro amigo solamente le interesaban los adornos de cada “paso”.
Caminamos un tiempo en silencio. Llegamos al “paso” del Cristo. A nuestro amigo le impresionaba la imagen, la candelería, los hachones ennegrecidos en cada esquina del paso, los lirios, los claveles rojos…
En el “paso” de la Virgen Dolorosa, le impresionaba al ver la imagen, el palio, los barandales, las mallas delicadas de las bambalinas, los candelabros de cola, el terciopelo verde con bordados en oro del extenso manto. Los costaleros, el eco de las pisadas firmes de sus alpargatas de esparto en el suelo. Sus hombros en las “trabajaderas”. Costaleros “anónimos”… Todo perfecto y precioso. Hecho con devoción y vocación para Dios.
Todo pasó y nos quedamos solos con nuestro amigo y nos sentamos en silencio en el templo Y le explicamos: Juanjo: es precioso lo externo pero mucho más precioso es lo interno. Vamos a cerrar los ojos de la cara y vamos abrir los ojos del corazón. Continuamos meditando. Vamos a entrar por la llaga del costado de Cristo en su corazón traspasado. ¡Cuánto dolor! El corazón de Dios “roto” y sangrando… Tantos “cristos” hay en el mundo con su vida rota, destrozada, marginada, humillada: inmigrantes, sin techo, paralíticos, enfermos/as mentales abandonados/as, desnutridos…El mismo Cristo se identifica con estas personas.
No tengas prisa, nos dice el Señor. Te voy a mostrar más. Hay otros “cristos” cargados con la cruz de la soledad, personas enfermas, de avanzada edad, niños,… Jóvenes atados y en la cruz de la desesperanza, de la droga, del alcohol, de la delincuencia, prostitución… Otros abandonados en la miseria, en la desnutrición, sin familia…
Desde la cruz nos está hablando Cristo; Como Yo hay muchos/as, que no se te olvide. Si quieres aliviarme, comienza por aliviar a las personas muy muy pobres que tienes cerca. No pases de largo. No tengas prisa. Nuestro amigo callaba, escuchaba, asentaba con la cabeza. En un momento de silencio nos dice: Entrar en el mundo de Cristo, en el corazón de Cristo es entrar en el mundo de Dios pobre, en el mundo del dolor y del sufrimiento.
Al pie de la cruz de Jesús estaba su Madre. La Madre Dolorosa, sigue las huellas de su Hijo. No lo abandona. Cargada de amargura por la muerte de su Hijo, siendo inocente, le acompaña hasta el Calvario y al pie de la cruz. Llora y sufre María por tantas y tantas personas reflejadas en su Hijo, que siendo inocentes padecen los dolorosos trances de la culpabilidad. Mira, Juanjo, la valentía de María que estando su Hijo colgando de la cruz y sangrando allí está con él cuando todos los abandonaron. Ella también está junto a tantas y tantas personas, que colgadas de la cruz de su pobreza y situaciones de pobreza, se sienten abandonadas y solas. Mira a María que viendo a su Hijo destrozado en la cruz, no dio ninguna queja, ni habló, pudiendo decir mucho. Ella está también guardando silencio e intercede acompañando en el silencio a tantas y tantas personas que están destrozadas, por esta sociedad. Mira a María que en el silencio, en el dolor, en la amargura, su Hijo del alma, nos la da por MADRE, y MADRE de misericordia. Y el Hijo murió y su madre le recogió su último aliento. Nos podemos preguntar ¿ Qué ha ocurrido entre nosotros que María nos entrega a su Hijo en la Cueva de Belén, hecho Niño, precioso y limpio y nosotros se lo entregamos a su Madre, destrozado, humillado, fracasado ensangrentado, muerto…?.¿ No hemos sido capaces de dar la cara por Él ni por otros que se identifican con Él.?. Nuestro amigo comprendió que el auténtico testimonio que realiza a la persona no es solamente el arte. También acompañan al arte las obras que se realizan compartiendo el corazón lleno de misericordia, dando vida a la persona donde le falta la vida. Nuestro amigo nos dijo: ¡Vamos a “curar” con calma las “heridas” de otros “cristos” y no añadamos más sufrimiento de los que ya tienen. Cristo VIVE.
Insistía. ¡Daros prisa!. Le decíamos: No corras Juanjo, (no es su nombre), porque Cristo no tiene prisa y su Madre, bajo palio, tampoco. Cristo lleva ya mucho tiempo clavado en la cruz y la cruz es señal de paciencia y servicio. Una cruz con prisas es más pesada. Su Madre bajo palio ya está acostumbrada a seguir las huellas de su Hijo y lo más importante en Ella es el silencio. Es impresionante el silencio de María al pie de la cruz de su Hijo. Pero allí estaba.
Juanjo, no tengas prisa que un Viernes Santo con prisas es un desierto sin oasis. A nuestro amigo solamente le interesaban los adornos de cada “paso”.
Caminamos un tiempo en silencio. Llegamos al “paso” del Cristo. A nuestro amigo le impresionaba la imagen, la candelería, los hachones ennegrecidos en cada esquina del paso, los lirios, los claveles rojos…
En el “paso” de la Virgen Dolorosa, le impresionaba al ver la imagen, el palio, los barandales, las mallas delicadas de las bambalinas, los candelabros de cola, el terciopelo verde con bordados en oro del extenso manto. Los costaleros, el eco de las pisadas firmes de sus alpargatas de esparto en el suelo. Sus hombros en las “trabajaderas”. Costaleros “anónimos”… Todo perfecto y precioso. Hecho con devoción y vocación para Dios.
Todo pasó y nos quedamos solos con nuestro amigo y nos sentamos en silencio en el templo Y le explicamos: Juanjo: es precioso lo externo pero mucho más precioso es lo interno. Vamos a cerrar los ojos de la cara y vamos abrir los ojos del corazón. Continuamos meditando. Vamos a entrar por la llaga del costado de Cristo en su corazón traspasado. ¡Cuánto dolor! El corazón de Dios “roto” y sangrando… Tantos “cristos” hay en el mundo con su vida rota, destrozada, marginada, humillada: inmigrantes, sin techo, paralíticos, enfermos/as mentales abandonados/as, desnutridos…El mismo Cristo se identifica con estas personas.
No tengas prisa, nos dice el Señor. Te voy a mostrar más. Hay otros “cristos” cargados con la cruz de la soledad, personas enfermas, de avanzada edad, niños,… Jóvenes atados y en la cruz de la desesperanza, de la droga, del alcohol, de la delincuencia, prostitución… Otros abandonados en la miseria, en la desnutrición, sin familia…
Desde la cruz nos está hablando Cristo; Como Yo hay muchos/as, que no se te olvide. Si quieres aliviarme, comienza por aliviar a las personas muy muy pobres que tienes cerca. No pases de largo. No tengas prisa. Nuestro amigo callaba, escuchaba, asentaba con la cabeza. En un momento de silencio nos dice: Entrar en el mundo de Cristo, en el corazón de Cristo es entrar en el mundo de Dios pobre, en el mundo del dolor y del sufrimiento.
Al pie de la cruz de Jesús estaba su Madre. La Madre Dolorosa, sigue las huellas de su Hijo. No lo abandona. Cargada de amargura por la muerte de su Hijo, siendo inocente, le acompaña hasta el Calvario y al pie de la cruz. Llora y sufre María por tantas y tantas personas reflejadas en su Hijo, que siendo inocentes padecen los dolorosos trances de la culpabilidad. Mira, Juanjo, la valentía de María que estando su Hijo colgando de la cruz y sangrando allí está con él cuando todos los abandonaron. Ella también está junto a tantas y tantas personas, que colgadas de la cruz de su pobreza y situaciones de pobreza, se sienten abandonadas y solas. Mira a María que viendo a su Hijo destrozado en la cruz, no dio ninguna queja, ni habló, pudiendo decir mucho. Ella está también guardando silencio e intercede acompañando en el silencio a tantas y tantas personas que están destrozadas, por esta sociedad. Mira a María que en el silencio, en el dolor, en la amargura, su Hijo del alma, nos la da por MADRE, y MADRE de misericordia. Y el Hijo murió y su madre le recogió su último aliento. Nos podemos preguntar ¿ Qué ha ocurrido entre nosotros que María nos entrega a su Hijo en la Cueva de Belén, hecho Niño, precioso y limpio y nosotros se lo entregamos a su Madre, destrozado, humillado, fracasado ensangrentado, muerto…?.¿ No hemos sido capaces de dar la cara por Él ni por otros que se identifican con Él.?. Nuestro amigo comprendió que el auténtico testimonio que realiza a la persona no es solamente el arte. También acompañan al arte las obras que se realizan compartiendo el corazón lleno de misericordia, dando vida a la persona donde le falta la vida. Nuestro amigo nos dijo: ¡Vamos a “curar” con calma las “heridas” de otros “cristos” y no añadamos más sufrimiento de los que ya tienen. Cristo VIVE.
domingo, 14 de febrero de 2016
SANTUARIO DE DOLOR Y DE PROFUNDAS "HERIDAS
Estamos tan acostumbrados a leer en los periódicos, a escuchar en la radio y a ver en la televisión las imágenes de los refugiados huyendo de sus países ; las pateras llenas de personas que arriesgan su vida para encontrar un mundo mejor...A ver por las calles de Alicante y de otras ciudades, pidiendo limosna, comida, ...o durmiendo en el suelo o en cajero de un Banco, para refugiarse del duro invierno, que nuestros ojos y nuestro corazón se han acostumbrado a este paisaje, dónde la pobreza, la marginación, la droga, el alcohol, la prostitución, etc. etc. azota con fuerza a una multitud de HERMANOS NUESTROS que, no han tenido la misma suerte que nosotros en la vida y se han visto abocados a perder todo, incluso la propia dignidad de la persona.
Hay dos maneras de dar respuesta a esta lacerante situación. Una, desde la pura acción social. Y la segunda, para mi la más im portante, desde una respuesta profunda desde la llamada del Evangelio a estar cerca de los más pobres y más desfavorecidos.
JESÚS, se acercaba al mal del hombre y con inmensa misericordia, trataba de restituirlo e incorporarlo a su dignidad y a la normalidad de la vida cotidiana. ACOMAR, ha entendido este precioso mensaje. Cuando entras en ACOMAR y la puerta se cierra a tu espalda, entras en otra forma de vida diferente. Atrás tienes que dejar la comodidad, los apegos, el egoísmo, el quedar bien...
Te encuentras con personas con un rostro concreto, con un nombre propio, con la carga de su propia vida rota en miles de pedazos...y entonces te das cuenta de que estás pisando un "terreno sagrado" y que, solo te puedes acercar si eres capaz de descalzarte para no profanar el "santuario de tanto dolor y de tan profundas heridas". A ACOMAR, no se puede ir a prestar una ayuda o un servicio. Hay que ir dispuesto a conocer que es lo que el Señor quiere que realices en medio de tanto sufrimiento.
Pero lo más importante, es ir dispuesto a aprender de todas esas personas Acogidas en ACOMAR que, con solo mirarlas a los ojos, te están enseñando una hermosa lección de vida que, ni de lejos, podrías llegar a imaginar.
Unas "gracias", un "beso", un "apretón de manos", una " sonrisa", de cualquiera de ellos tiene tanto valor que te sientes desbordado por tanto como estás recibiendo en ese precioso y único momento de encuentro.
La frase de Salvador que resuena constantemente, resume todo esto y mucho más." Buscad el REINO DE DIOS Y LO DEMÁS SE NOS DARÁ POR AÑADIDURA".
Gracias, Señor, por ayudarnos a descubrirte en cada uno de nuestros Hermanos Acogidos en ACOMAR!!!!!!!
jueves, 11 de febrero de 2016
Cuaresma, tiempo de cambio y nuevas oportunidades
Hoy queremos hablaros de la oportunidad que nos ofrece la cuarema para renovar nuestro interior, nuestros sentimientos, nuestras actitudes diarias.
Hay que dar paso a los acogidos, pero cada vez hay más pobres que están en la calle.
A nuestro alrededor hay infinidad de personas que están "hambrientas" de gestos, de actitudes, de detalles, de ternura, de afectos, de sorrisas... y nadie se los da.
No somos capaces de compartir. No compartimos porque solamente nos miramos hacia nosotros mismos...
Siempre vamos con prisas y siempre... A mi casa, a mi trabajo, a mi coche, a mi ocupación, a mi necesidad, a mi familia, a mi diversión, a mi negocio... Siempre miramos hacia MI, siempre hacia mi YO. Nunca tenemos tiempo de pararnos un poco a nuestro alrededor, para ver y escuchar las necesidades, angustias, sufrimientos, fracasos del otro, el cual puede estar a mi lado y en silencio. Y entonces nos justificamos... "¡Va!, es un desgraciado", "Es un vago", "es un degenerado", "es un alcoholico", "es un drogata", "es un inmigrante", "es un sin papeles", "es un sin..., un sin..." y nos justificamos etiquetándolos.
Como están etiquetados, ya estamos tranquilos, "Esos no son de los mios". Ya estamos otra vez en lo MIO. No llegamos al TÚ. Nos quedamos en el MI.
Si algún día pudiéramos caminar con el TÚ de la persona que tenemos al lado, nuestro MI ya no sería Nuestro, seria SUYO.
Es entonces cuando nuestro YO, encontraría la auténtica felicidad, porque estamos haciendo feliz a TU YO.
Si nos privamos de nuestro YO, daremos vida a Tu YO. Es entonces cuando dos personas que caminan juntas hacía su encuentro, sus huellas nunca se borran.
Es cuaresma, el momento de empezar con este movimiento personal. Súmate a la causa y ayuna de todas los egoismos y características negativas que nos rodean.
Hay que dar paso a los acogidos, pero cada vez hay más pobres que están en la calle.
A nuestro alrededor hay infinidad de personas que están "hambrientas" de gestos, de actitudes, de detalles, de ternura, de afectos, de sorrisas... y nadie se los da.
No somos capaces de compartir. No compartimos porque solamente nos miramos hacia nosotros mismos...
Siempre vamos con prisas y siempre... A mi casa, a mi trabajo, a mi coche, a mi ocupación, a mi necesidad, a mi familia, a mi diversión, a mi negocio... Siempre miramos hacia MI, siempre hacia mi YO. Nunca tenemos tiempo de pararnos un poco a nuestro alrededor, para ver y escuchar las necesidades, angustias, sufrimientos, fracasos del otro, el cual puede estar a mi lado y en silencio. Y entonces nos justificamos... "¡Va!, es un desgraciado", "Es un vago", "es un degenerado", "es un alcoholico", "es un drogata", "es un inmigrante", "es un sin papeles", "es un sin..., un sin..." y nos justificamos etiquetándolos.
Como están etiquetados, ya estamos tranquilos, "Esos no son de los mios". Ya estamos otra vez en lo MIO. No llegamos al TÚ. Nos quedamos en el MI.
Si algún día pudiéramos caminar con el TÚ de la persona que tenemos al lado, nuestro MI ya no sería Nuestro, seria SUYO.
Es entonces cuando nuestro YO, encontraría la auténtica felicidad, porque estamos haciendo feliz a TU YO.
Si nos privamos de nuestro YO, daremos vida a Tu YO. Es entonces cuando dos personas que caminan juntas hacía su encuentro, sus huellas nunca se borran.
Es cuaresma, el momento de empezar con este movimiento personal. Súmate a la causa y ayuna de todas los egoismos y características negativas que nos rodean.
martes, 2 de febrero de 2016
26º ANIVERSARIO DE ACOMAR.
Dos voluntarios de ACOMAR, matrimonio, quiso el Señor que recibieran una formación en la fe durante doce años en una pequeña Comunidad del Neocatecumenado Diocesano en la parroquia de la Inmaculada Concepción de Alicante. En este proceso conocieron el AMOR que Dios nos tiene, se creyeron este mensaje de Jesucristo que nos dice “ Buscad, primero el reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura”. (Mt. 6, 33) y comenzaron a ponerlo en práctica por las calles de Alicante, el día 2 de Febrero de 1990, en que fue acogida la primera persona. Así de sencillo nació esta Asociación Comunidad que lleva gracias al Señor 26 años junto a las personas muy muy pobres. Entendieron que el reino de Dios está en la presencia viva y real de Jesucristo resucitado y que el reinado de Dios lo inauguró el mismo Jesucristo atendiendo, sirviendo, ayudando, amando y dando la cara por las personas más pobres y necesitadas… que son las propietarias de ese reino de Dios. “ Dichosos vosotros los pobres porque vuestro es el reino de Dios” (Lc.6,20).
En estos años el número de personas que necesitan ayuda de toda clase ha aumentado. No han nacido en esta crisis. Ya estas personas tienen sus propias crisis, que las tienen enraizadas en el inmenso campo de la pobreza. Son sus situaciones. El campo de la pobreza es enorme.
En ACOMAR, que nos sentimos Iglesia, atendemos y servimos diariamente a los colectivos de personas; unas en riesgo de exclusión y otras ya excluidas: mendigos, inmigrantes, desnutridos, sin techo, paralíticos, enfermos/as mentales… algunas de estas personas con temas de dependencias: alcohol, drogas, ludopatía… y otras con total abandono personal. ¡Tremenda injusticia el sufrimiento de estas personas!. Y todo lo llevan en silencio y careciendo de lo más necesario para vivir no solamente un mes ni una semana, sino cada día.
La pobreza de los años 90, cuando comenzamos, no es la misma que la de ahora. Antes era asistencialista. Ahora nos piden, o mejor dicho nos exigen mucha más ayuda para poder acompañarlas a ir saliendo de sus situaciones y a la vez e ir cortando poco a poco sus raíces que las tienen atadas al inmenso campo de la pobreza.
En ACOMAR, desde su voluntariado, unas 90 personas, la mayoría jóvenes, estamos vocacionados y organizados, gracias a Dios, para ayudar, servir, atender y AMAR, diariamente, y con hechos a estas personas. Lo nuestro no es dar por dar, solamente, sino ayudar mediante el proceso que a cada persona, según sus raíces, le corresponde y de forma voluntaria, a que poco a poco vaya saliendo de su situaciones y vaya teniendo su dignidad. No se puede perder ni un día el trabajo con ellas. El trabajo ha de ser permanente, para atender sus necesidades. Lo mismo que nosotros podemos tener nuestras necesidades cubiertas también han de estar cubiertas las de ellas. Mientras estamos atendiendo a estas personas la pobreza disminuye, mientras nos quedamos sin atenderlas, la pobreza aumenta.
Actualmente estamos atendiendo un promedio de 70 personas.
La atención ha de ser integral, es decir atender las necesidades del cuerpo y las del alma. Ya que estas personas, son tan personas como tú y como yo. Si solamente atendemos, como lo hacemos, las necesidades físicas, de atención primaria; alojamiento, alimentación, atención médica, quien la necesite, higiene, ocupación laboral…. nos quedamos a mitad de camino. Tenemos que llegar a “curar” también las “heridas” internas de su YO. Para eso hay que escuchar sus lamentos. Nuestra experiencia es que la persona cuando se siente escuchada, respetada, querida, AMADA… su YO responde y lleva el proceso, con sumo interés. No le pongamos tiempo. No tengamos prisas, ya la persona irá hablándonos desde su sonrisa, su libertad y sus sentimientos. Nuestra experiencia es que la persona ha de nacer desde dentro hacia fuera. Cuando se lucha, se trabaja y se da la cara en nuestra sociedad por estas personas para que vayan teniendo su dignidad, ahí está el reino de Dios.
Ya más adelante, intentaré continuar hablando desde aquí, sobre estos temas. Gracias a Dios hemos llegado a estos 26 años.
En estos años el número de personas que necesitan ayuda de toda clase ha aumentado. No han nacido en esta crisis. Ya estas personas tienen sus propias crisis, que las tienen enraizadas en el inmenso campo de la pobreza. Son sus situaciones. El campo de la pobreza es enorme.
En ACOMAR, que nos sentimos Iglesia, atendemos y servimos diariamente a los colectivos de personas; unas en riesgo de exclusión y otras ya excluidas: mendigos, inmigrantes, desnutridos, sin techo, paralíticos, enfermos/as mentales… algunas de estas personas con temas de dependencias: alcohol, drogas, ludopatía… y otras con total abandono personal. ¡Tremenda injusticia el sufrimiento de estas personas!. Y todo lo llevan en silencio y careciendo de lo más necesario para vivir no solamente un mes ni una semana, sino cada día.
La pobreza de los años 90, cuando comenzamos, no es la misma que la de ahora. Antes era asistencialista. Ahora nos piden, o mejor dicho nos exigen mucha más ayuda para poder acompañarlas a ir saliendo de sus situaciones y a la vez e ir cortando poco a poco sus raíces que las tienen atadas al inmenso campo de la pobreza.
En ACOMAR, desde su voluntariado, unas 90 personas, la mayoría jóvenes, estamos vocacionados y organizados, gracias a Dios, para ayudar, servir, atender y AMAR, diariamente, y con hechos a estas personas. Lo nuestro no es dar por dar, solamente, sino ayudar mediante el proceso que a cada persona, según sus raíces, le corresponde y de forma voluntaria, a que poco a poco vaya saliendo de su situaciones y vaya teniendo su dignidad. No se puede perder ni un día el trabajo con ellas. El trabajo ha de ser permanente, para atender sus necesidades. Lo mismo que nosotros podemos tener nuestras necesidades cubiertas también han de estar cubiertas las de ellas. Mientras estamos atendiendo a estas personas la pobreza disminuye, mientras nos quedamos sin atenderlas, la pobreza aumenta.
Actualmente estamos atendiendo un promedio de 70 personas.
La atención ha de ser integral, es decir atender las necesidades del cuerpo y las del alma. Ya que estas personas, son tan personas como tú y como yo. Si solamente atendemos, como lo hacemos, las necesidades físicas, de atención primaria; alojamiento, alimentación, atención médica, quien la necesite, higiene, ocupación laboral…. nos quedamos a mitad de camino. Tenemos que llegar a “curar” también las “heridas” internas de su YO. Para eso hay que escuchar sus lamentos. Nuestra experiencia es que la persona cuando se siente escuchada, respetada, querida, AMADA… su YO responde y lleva el proceso, con sumo interés. No le pongamos tiempo. No tengamos prisas, ya la persona irá hablándonos desde su sonrisa, su libertad y sus sentimientos. Nuestra experiencia es que la persona ha de nacer desde dentro hacia fuera. Cuando se lucha, se trabaja y se da la cara en nuestra sociedad por estas personas para que vayan teniendo su dignidad, ahí está el reino de Dios.
Ya más adelante, intentaré continuar hablando desde aquí, sobre estos temas. Gracias a Dios hemos llegado a estos 26 años.
miércoles, 13 de enero de 2016
CARTA DE JOSEFA, LA VOLUTARIA
Salvador juntamente con Mercedes, fundadores de ACOMAR, me
han preguntado: ¿Cómo percibo el ambiente de estos días de Navidad con las personas
Acogidas, por ACOMAR, las cuales se encuentran
en situaciones precarias?
A continuación voy a dar ni impresión sobre ésto.
Primero, voy a
explicar de qué manera quería sentirme
útil en Alicante y como conocí a ACOMAR.
Vivía en Niza (Francia), donde fui voluntaria en las urgencias del Hospital
de SAINT ROCH y en una residencia de ancianos, muy conocida en Niza.
En dicha residencia fui presidenta de una asociación durante seis años, creada para
ayudar a los residentes necesitados y organizar actividades, conciertos,
reuniones… Todo esto con el fin de recaudar fondos, gracias a la ayuda de unos
40 voluntarios y voluntarias, conseguimos dar “otro aire” a la FUNDATION
PAULIANI.
Como he dicho anteriormente, era muy importante para mí
encontrar algo que me permitiera hacer voluntariado. También colaboro con la
Asociación Española Contra el Cáncer y visito a los enfermos.
¿Cómo conocí a Mercedes y a Salvador? Muy sencillo. Dios
puso en mi camino a una persona voluntaria de ACOMAR hace algunos años… ¡y aquí
estoy!
¿Los sin techo?... Más pobres que los pobres. He conocido a
personas pobres pero con techo donde cobijarse, sin embargo los “sin techo” no
tienen NADA, NADA, NADA. Por circunstancias de la vida se encuentran en la
calle, desamparados.
Gracias a ACOMAR, recuperan su dignidad.
Siempre que es posible, ACOMAR les da alojamiento, ropa, comida, pero más
que nada ACOMAR, les ayuda a superar sus
angustias, a recuperar su estima personal y salir del “hoyo” donde cayeron y de
alguna manera ser considerados como todo ser humano tiene derecho a serlo
ACOMAR, no juzga a
nadie
Estos días de fiesta, como son Navidad y Año Nuevo, tuve el
privilegio de estar con los Acogidos, sirviéndolos en el comedor, decorado por algunos
voluntarios. Estuve rodeada de personas agradables, que olvidaron
por un tiempo sus problemas y disfrutaron de esos momentos de convivencia, con
la gran familia de ACOMAR.
¡Lástima que no se puedan empujar las paredes para acoger a
más personas necesitadas que están fuera! Aunque para estas personas nunca
faltan las bolsas de comida y diálogos.
En ACOMAR se nota que los Acogidos se sienten comprendidos y ayudados después de su
travesía en el desierto…
En ACOMAR, van todos los
días voluntarios voluntarias por la mañana y por la tarde acompañan a
Mercedes para preparar las comidas, organizar, repartir ropa,…, hace una labor
increíble. Luego también se atienden a estas personas en el
seguimiento permanente de sus casos.
Espero que ACOMAR pueda seguir adelante, dando gracias a
Dios y a la Providencia.
Gracias a Mercedes, gracias a Salvador por acoger con tanto
cariño a la hispano/francesa que soy. Os quiero. Josefa.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)