Salvador juntamente con Mercedes, fundadores de ACOMAR, me
han preguntado: ¿Cómo percibo el ambiente de estos días de Navidad con las personas
Acogidas, por ACOMAR, las cuales se encuentran
en situaciones precarias?
A continuación voy a dar ni impresión sobre ésto.
Primero, voy a
explicar de qué manera quería sentirme
útil en Alicante y como conocí a ACOMAR.
Vivía en Niza (Francia), donde fui voluntaria en las urgencias del Hospital
de SAINT ROCH y en una residencia de ancianos, muy conocida en Niza.
En dicha residencia fui presidenta de una asociación durante seis años, creada para
ayudar a los residentes necesitados y organizar actividades, conciertos,
reuniones… Todo esto con el fin de recaudar fondos, gracias a la ayuda de unos
40 voluntarios y voluntarias, conseguimos dar “otro aire” a la FUNDATION
PAULIANI.
Como he dicho anteriormente, era muy importante para mí
encontrar algo que me permitiera hacer voluntariado. También colaboro con la
Asociación Española Contra el Cáncer y visito a los enfermos.
¿Cómo conocí a Mercedes y a Salvador? Muy sencillo. Dios
puso en mi camino a una persona voluntaria de ACOMAR hace algunos años… ¡y aquí
estoy!
¿Los sin techo?... Más pobres que los pobres. He conocido a
personas pobres pero con techo donde cobijarse, sin embargo los “sin techo” no
tienen NADA, NADA, NADA. Por circunstancias de la vida se encuentran en la
calle, desamparados.
Gracias a ACOMAR, recuperan su dignidad.
Siempre que es posible, ACOMAR les da alojamiento, ropa, comida, pero más
que nada ACOMAR, les ayuda a superar sus
angustias, a recuperar su estima personal y salir del “hoyo” donde cayeron y de
alguna manera ser considerados como todo ser humano tiene derecho a serlo
ACOMAR, no juzga a
nadie
Estos días de fiesta, como son Navidad y Año Nuevo, tuve el
privilegio de estar con los Acogidos, sirviéndolos en el comedor, decorado por algunos
voluntarios. Estuve rodeada de personas agradables, que olvidaron
por un tiempo sus problemas y disfrutaron de esos momentos de convivencia, con
la gran familia de ACOMAR.
¡Lástima que no se puedan empujar las paredes para acoger a
más personas necesitadas que están fuera! Aunque para estas personas nunca
faltan las bolsas de comida y diálogos.
En ACOMAR se nota que los Acogidos se sienten comprendidos y ayudados después de su
travesía en el desierto…
En ACOMAR, van todos los
días voluntarios voluntarias por la mañana y por la tarde acompañan a
Mercedes para preparar las comidas, organizar, repartir ropa,…, hace una labor
increíble. Luego también se atienden a estas personas en el
seguimiento permanente de sus casos.
Espero que ACOMAR pueda seguir adelante, dando gracias a
Dios y a la Providencia.
Gracias a Mercedes, gracias a Salvador por acoger con tanto
cariño a la hispano/francesa que soy. Os quiero. Josefa.