viernes, 22 de septiembre de 2017

DAR Y RECIBIR

                     Cuando se camina por la vida y el corazón nos lleva, por las circunstancias que sean, a estar cerca de las personas que padecen necesidades, no nos podemos ni imaginar el bien que nos puede hacer el tratarlas y relacionarnos con ellas, siempre que vayamos directamente en su ayuda, por pequeña que sea. “Hay más dicha en dar que en recibir” (Hechos. 20, 35).
Son personas como nosotros. Muchas han pasado y siguen pasando auténticos “calvarios” en sus vidas. Incomprensiones, dependencias, enfermedades, abandonos, rupturas…fracasos en el ámbito familiar, laboral, social... Su compañera inseparable es su soledad y unida a ella están la desesperanza y el desorden.  Ante tanta polvareda, lo más fácil del mundo es “ dejarlas donde están como cosa rechazada” y olvidarlas pasando página. Eso no es justo. Hay que recuperarlas y ayudarlas, porque a mí también me agradaría que me ayudaran cuando pasara un mal momento. Pero todo no está perdido.
 En ACOMAR,  al voluntariado, se le ofrece la gran oportunidad de ayudar a seres humanos, a irse realizando como personas que son, en su dignidad, y vayan poco a poco dejando de sufrir tanta y tanta marginación.  Llegamos con nuestros sentimientos, a lo más profundo del corazón de la persona muy pobre, con hechos y palabras.  Nunca tendremos a la persona realizada si no lo hacemos de forma integral.  Si queremos que la persona pueda valerse por sí  misma y sea la protagonista de  su propia liberación  ha de tener  su propia fuerza interior que le empuje a salir. Si al darnos, también le transmitimos desde nuestro corazón, paz, orden, alegría, seguridad, creatividad, diálogo… vamos llenándole el vacío interior profundo donde está su YO y se va generando  vida, fuerza, esperanza… y la propia  autoestima que no aparecía, comienza lentamente a brotar.
 Es precioso ver “nacer” a la persona a sus años y mucho más, el luchar por su dignidad. Nosotros analizamos  el “dar y el recibir” en  el sentido de dar es amar  y el  recibir sentirse amado, de corazón a corazón.
                    Os pongo un ejemplo: Una persona que tenemos Acogida, hace años. Se llama Manolo. (Por respetar su verdadero nombre se silencia). Llegó a nuestra Casa completamente “roto” interior y exteriormente.
 Había corrido  mucho en  su vida anterior, la había vivido con mucha prisa;  amistades, alcohol, dependencias… había  trabajado y ganado su dinero,  pero como lo había ganado lo había perdido…  De tanto correr, llegó el día  en que se cansó. Meditó su situación. Se terminaron los amigos, el trabajo, las fuerzas… ¿Dónde voy?. ¿A quién le cuento mi historia?. Buscaba quien le pudiera  dar una seguridad interior y exterior para poder comenzar, al menos “respirar” cada día.
 Para  remediar su situación había estado en varios Centros. No hubo entendimiento. Siguió buscando y a la vez empeoraba su situación. Recuerdo cuando llegó a Casa. En el aspecto externo: Desnutrido, mal vestido, sin higiene, descansando en un cartón, en el suelo… en el aspecto interno después de la entrevista que tuvimos con esa persona: desorientado,  desanimado, fracasado, olvidado, humillado…y alcohólico.
 Su YO,  estaba acabado. La autoestima no existía. Le ofrecimos nuestro Proyecto de Intervención y lo aceptó. Estaba  Acogido.  Tenía  cubiertos todos los servicios de atención primaria; (alojamiento, comida higiene, ropa… y lo más importante, el seguimiento de su caso).
 Comenzó el proceso. Realizamos un plan personal, de mutuo acuerdo para llevarlo adelante. Tenía, a su tiempo, las entrevistas con UCA, servicios técnicos, tema alcoholismo. La medicación recetada se la administrábamos y diariamente nuestras entrevistas de seguimiento y acompañamiento.
Al principio, le costó  aceptar su situación, le faltaba voluntad, para llevar adelante los compromisos pactados.  Le llegaron los recelos y temores ante la nueva situación. En la mayoría de los casos, en este  punto,  comienza,  en la persona, una lucha interna en el querer salir de su situación y el no verse capacitado para lograrla. Él mismo puede comenzar a no valorar lo que está haciendo. Pueden llegar las contramarchas, desánimos, rechazos… Es el momento de reforzar mucho más su autoestima. Había que  evitar esa situación de dolor y sufrimiento. Poco a poco seguimos transmitiéndole a su YO, los sentimiento de paz, alegría, esperanza, vida, confianza… en una palabra dándole seguridad tanto interna como externa,  con hechos y palabras, siempre próximos a  la persona. Aquí ocurre un paso muy importante  en el proceso, que si se siente amado, respetado, querido, organizado… por las personas que le rodean, él mismo comienza a respetarse, amarse, organizarse cada día más y le van llegando las fuerzas internas y su YO comenzó a tener  su posición y comienzan a funcionar sus decisiones propias. Aquí todo lleva un orden, unos pasos.  Sin prisas. Estos momentos son fundamentales en el proceso porque de aquí va  a salir reforzado, venciendo las primeras dificultades. Encontró su trabajo, feliz, contento, se sentía útil, se administraba muy bien y además seguía con nosotros ya  como colaborador  en ayuda de los demás compañeros.
Pero un buen día hace como tres meses me dice  que siente molestias en la garganta…. De inmediato acude a los servicios médicos y me trae un informe que había que operar. Amigos; apareció la terrible enfermedad. Todos en Comunidad y más personas le pedíamos a Dios  por  su situación y que continuara con fuerza para hacer frente a lo que se le presentaba y ayudara  al equipo médico. Y que,  por favor, no le desapareciera la voz.  Se realizó la operación. Al siguiente día fuimos a visitarlo a la UCI una religiosa y yo. Tenía todo el cuello vendado y ¡milagro! ¡Milagro! Cuando llegamos nos miró nos dio las manos, nos sonrió y podía hablar. En aquel momento le dimos gracias a Dios. ¡Señor gracias!.  Su YO estaba rebosando de fuerza y de vida. Ya termino: le han dado las sesiones correspondientes de  radio,  no  lo ha paso bien, pero su fuerza no decae. Le han dado su rehabilitación, continua  su recuperación. El voluntariado y todos estamos con él y su familia que está fuera. Los jóvenes le han regalado unos trabajos manuales.  Gracias a  Dios lo va superando todo. Y ahora viene lo bueno. Tiene una fuerza interior, tiene unas ganas de vivir, tiene una cantidad de proyectos  que  le nacen de su YO único e  irrepetible  que nos da fuerza a todos y a sus mismos compañeros. Nos dice.¡ Que salimos adelante!. Es verdad. Aquí no ha pasado nada. Continúa con su  tratamiento médico, y también con sus revisiones médicas, que lo están haciendo todo muy bien. ¡Gracias Señor hemos recuperado a una persona!.  Con su fuerza interior  que antes no existía va venciendo  su enfermedad. Alicante, 14 Septiembre 2017. Salvador.

No hay comentarios:

Publicar un comentario