A continuación reproducimos la carta que el cofundador de ACOMAR, Salvador Silva, ha publicado en la revista de la Hermandad Penitencial "Stabat Mater", perteneciente al colegio Maristas Alicante.
Desde aquí reiteramos nuestro agradecimiento a la cofradía por colaborar con nosotros desde hace mucho tiempo y les damos la enhorabuena por la fantástica labor que realizan.
Con
todo el cariño, el respeto y el amor que os tenemos en ACOMAR, os mandamos esta
carta queridos hermanos/as
de la Hermandad Stabat Mater del Colegio Maristas de Alicante, deseándoos, de todo corazón, que sigáis siendo portadores del Señor en vuestras vidas
para poder compartirlas con los demás, haciendo el bien.
Amigos/as
vuestro trono que con tanta reverencia, sentimiento, devoción y vocación… lo
hacéis vida, el Martes Santo, por las calles de Alicante, tiene mucho que ver
con ACOMAR.
Jesús
clavado en la cruz. Su Santísima Madre al pie de la cruz, sufriendo,
padeciendo… en silencio. Su Hijo, pobre,
olvidado, marginado, humillado, fracasado… colgando de la cruz.
Esa
situación sigue siendo actual, se puede ver diariamente en ACOMAR. A nuestra
Casa de Acogida y Seguimiento llegan diariamente personas,: vagabundos,
mendigos inmigrantes, sin techo, paralíticos, enfermos/as mentales, sin techo…
algunas con temas de alcoholismo, drogodependencia, prostitución, abandono personal… Colectivos, que están “ clavados” en la cruz de la pobreza, de la miseria, del
abandono, del olvido…
La
Santísima Virgen María no es
solamente la Madre de Jesús, es
también Madre nuestra, pero de una forma
especial de los pobres, los preferidos de su Hijo.
¿
Por qué nació y para qué nació ACOMAR,
hace ahora 25 años?. Pues para intentar
ayudar a quitar de la cruz de la pobreza a muchas de
estas personas y aliviar el sufrimiento de la Madre.
¡Cuántos Cristos amigos/as!, personas muy muy pobres llenas de “heridas”
tanto internas como externas nos claman
todos los días y nos piden en nuestra Casa: ¡Ayúdame!.
Mírame, por favor, estoy en la
soledad, en el alcohol, en la droga, en la miseria… no tengo nada. ¿ Pero sabes cuál
es mi mayor carencia.?. Pues, que nadie me AMA. Tengo un vacío interior
tan profundo, tan profundo, que mi YO, está roto, o no sé si existe. Por favor, no me lo llenes
solamente de cosas… que está bien. A la
vez siéntate junto a mí. No tengas prisas. Escúchame, escúchame y poco a poco oirás los lamentos de
mi YO. Con tu vida dale vida a mi YO y comienza a caminar conmigo a mi ritmo. Necesito mi dignidad. Sácame de
la cruz en la que estoy.
Amigos/as
cuando se va realizando todo ese encuentro con esas personas muy muy pobres, vuestro Cristo de la “Caña”,
comienza a sonreir. Ya no se encuentra
tan abandonado, ni tan humillado, ni
tan olvidado… y su Santísima
Madre mirando la felicidad de esa persona muy muy pobre, nos mira a todos con ojos de agradecimiento.
De
todo esto, sabéis mucho todos vosotros,
el Colegio Maristas, y la
Comunidad de Hermanos Maristas, por las ayudas que nos dais para llevar a cabo
toda esta labor, así como otras personas anónimas e Instituciones y sobre todo
el gran número de voluntarios/as de ese Colegio, jóvenes que viven de cerca
y con
todo el corazón los momentos de apoyo que antes os he narrado junto a las personas muy muy pobres
en nuestra Casa donde nos ayudan, ya hace años todos los lunes, sin faltar
ninguno, buscando la cercanía y el AMOR con el pobre, ayudándole a curar
sus “heridas”. También comienza otro grupo de jóvenes los viernes.
Amigos/as para eso nació ACOMAR y actúa ACOMAR.
Nuestro
agradecimiento a la Junta Directiva de vuestra Hermandad a todos y todas los/as hermanos/as, por la
oportunidad que nos dais a entrar en vuestra Casa. Gracias.
Los
colectivos de personas muy muy pobres y toda esta Asociación Comunidad os
lo agradecen. Con todo nuestro
corazón en nombre de ACOMAR.
Salvador Silva
(Presidente).
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