Con motivo de nuestro 25º aniversario al servicio de los necesitados, el cofundador de ACOMAR, Salvador Silva, dedica estas palabras a todos los voluntarios, amigos y familia de nuestra organización:
Hoy es un día grande para ACOMAR, tanto para los voluntarios como para los acogidos. El 2 de febrero de 1990, sin tracas, sin aplausos, sin ruidos, sin aglomeración de personas, nació ACOMAR...todo fue de lo más sencillo, y es que las obras de Dios son así: sencillas, pero extraordinarias.
Recuerdo que aquel día en el patio de la parroquia, apoyado en una baldosa, había una persona que parecía muy necesitada. Estaba desnutrida, enferma, descalza, mojada... Alguien se acercó y le preguntó: ¿Qué te pasa.? ¿En qué puedo ayudarte? Entonces dialogaron, y tras mucho hablar, ambos se comprometieron a cubrir sus necesidades externas y a trabajar juntos para paliar las internas, que son las verdaderamente importantes, las más complejas.
Lo cierto es que cuando existe voluntad de ayudar y de dejarse ayudar, todo resulta más fácil. No hay que esperar a que lleguen los momentos fáciles para echar una mano, hay que comenzar en el preciso instante en el que sentimos que alguien necesita nuestra ayuda. Así trabajamos en ACOMAR. Aunque nos topemos con incomprensiones, inseguridades, indiferencias...nosotros siempre debemos responder escuchando, atendiendo, mostrando afecto, y sobre todo, siendo pacientes con los acogidos.
Solo si se AMA a la persona, con sus defectos incluidos, podremos ayudarle a encontrar la felicidad. ¿O es que acaso no sabemos que tenemos que ser fabricantes de felicidad? Nosotros siempre la buscamos atendiendo a los pobres: si les escuchas, ellos te escucharán. Si te ocupas de ellos, ellos se ocuparan de ti. Si luchas por su dignidad, ellos lucharan también por la tuya. Si les ofreces tu amistad, ellos te otorgarán la suya para siempre.
Aquella persona de la que os hablaba al inicio de esta carta fue el primer acogido al que atendimos en ACOMAR. El proceso duro 3 años. Al final salió adelante.
Nosotros, que por aquel entonces éramos solo cuatro voluntarios, nos planteamos lo siguiente: ¿Si hemos hemos ayudado a una persona a recuperarse, por qué no seguimos haciendo lo mismo con todas aquellas que necesiten ayuda? Y así seguimos desde hace 25 años.
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