domingo, 4 de mayo de 2014

Hacer camino junto a los pobres

El fundador de ACOMAR, Salvador Silva, nos dedica esta reflexión sobre la necesidad de acompañar a los pobres en su proceso de integración en la sociedad:

Cuando queremos llegar a un lugar diferente del que vivimos o comenzar un reto nuevo, debemos fijarnos unas metas, asimilar que tendremos que hacer frente a numerosos obstáculos, cargar la mochila de valentía, esfuerzo y corazón; y entonces, comenzar a hacer camino hacia nuestro destino.
Si el camino es largo y la meta complicada de alcanzar, debemos buscar a alguien que nos acompañe y nos proporcione protección y seguridad durante todo nuestro trayecto.

No nos damos cuenta de que a nuestro alrededor hay muchas personas que están esperando a que alguien les proponga hacer camino junto a ellas. 
En nuestra vida podemos comenzar caminos que nos llevarán hacia la fama, el poder, el aplauso…todos estos caminos son buenos, siempre y cuando repercuta algún día en beneficio de los demás. 

Algunos de los voluntarios que trabajan día a día en ACOMAR han encontrado su felicidad ayudando a los demás a encontrar la suya propia. Han hecho camino con personas marginadas y excluidas, les han tendido la mano y les han ayudado a hacer frente a los obstáculos que se les interponían en la consecución de sus metas. 

Llevamos más de veinte años haciendo camino con vagabundos, sin techo, desnutridos, paralíticos, mendigos...y durante todo este tiempo, nos hemos dado cuenta de todo lo que nos ha enseñado la vida a través de estas personas. Hemos conocido las raíces de su pobreza, el  terrible cansancio que sienten al vivir en soledad, el azote constante que sufren al satisfacer sus dependencias,  y lo más importante, que a veces lo único que necesitan estas personas es ser escuchadas, atendidas, elegidas por otros para ayudarles a abandonar sus situaciones de pobreza, y sobre todo, amadas por aquellos que les ven como simples lastres de la sociedad.

Amigos: ¡cuántas personas existen en este mundo que esperan, y esperan, la ayuda de otras que quieran darles su apoyo, su cariño, su afecto, su comprensión…para ir dejando poco a poco el terrible ocaso de su vida. Y muchas de estas personas son jóvenes, que les han arrebatado su pasado, y si no lo remediamos, harán lo mismo con su futuro. 

Cada vez que hablo con algún pobre, yo me pregunto: ¿Cómo podemos ignorar a los más necesitados cuando pasan día a día por nuestro lado? ¿Por qué no compartimos nuestro  amor cristiano con ellos?

Si queremos llegar a un mundo diferente del que vivimos o adoptar un compromiso con algún necesitado deberemos atravesar los siguientes puntos en nuestro camino: 

 · Punto de encuentro: Conocer el inmenso campo de la pobreza. Tener claro sí realmente queremos entrar en él. 

 · Principio del camino: Dialogar,  acoger a  la persona  pobre. 

 · Fin del camino: Liberar a la persona de su sufrimiento y devolverle su dignidad. 

No quiero profundizar más en este tema, para no cansaros. Más adelante incluiré muchos más detalles. 
Ahora, os planteo a vosotros la siguiente pregunta, para que reflexionéis: ¿Habéis elegido ya vuestro camino? ¿Estáis dispuestos a empezarlo al lado de algún necesitado? 


 "La mejor manera de crecer es cayéndose y la mejor forma de ayudar a alguien es acompañarle mientras se levanta" (Carlos Cuahutemoc) 
Foto:  http://toniosantiuste.blogspot.com




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