lunes, 27 de enero de 2020

3ºPilar. La presencia de la persona que sufre, el pobre.

Pilar 3º. La presencia de la persona muy pobre en nuestra Casa es el principal motivo de nuestra existencia. Esta persona es lo más importante que tenemos y que merece toda nuestra atención, cariño, amor, escucha, respeto, servicio… a esa persona va dirigida toda nuestra atención. La pobreza con la que comenzamos, no es la de ahora. Aquella era mucho más conformista con su situación, vivía de lo que había o le daban, no pensaba en salir de su situación, solamente el pasar el día. Carecía por completo de higiene. Estaba expuesto, por su abandono a toda clase de enfermedades. Mercedes y yo tuvimos que duchar, lavar y sanar a una persona  que nos encontramos con sarna muy avanzada, sumamente contagiosa. Dependencia: el alcohol. En ese mundo había que estar ayudando a que la persona no bajase más de lo que estaba, evitar la cronicidad. La pobreza actual, su situación externa no es tan dura como la anterior. Se trabaja mejor la liberación de la persona de su situación de abandono.  La dedicación es más constante en caminar con ella hacía su liberación, mediante un  proceso, que  puede ser largo. Necesita más acompañamiento en dar solución a sus necesidades, personales y familiares. El tema más  profundo es estar en el  profundo campo  de la pobreza, llegando a situarse en el inmenso lugar de las dependencias, contando con el vacío interior de su alma  con el proceso a seguir. Sin dejar la esperanza y la Roca.

2º Pilar. La presencia de la persona; el voluntariado.

Pilar 2º. El voluntariado es la joya más hermosa que tiene nuestra sociedad. Aquí, en nuestra humilde Casa, unidas las personas jóvenes con las personas  mayores; sirven, atienden, escuchan, se ocupan… de las personas muy muy pobres, que nos llegan y las que permanecen con nosotros llevando adelante  sus procesos y tomando parte  en las actividades que les corresponde. Cuando comenzamos solamente estábamos dos voluntarios Mercedes y yo. Actualmente somos unas 120 personas, organizando el servicio por áreas y  días semanalmente. Es un compromiso serio que la misma persona, lo toma, para dar un tiempo de su vida a las personas muy pobres que necesitan vida. La persona voluntaria no da, se da, solamente por amor. Al final recibe más que da. Entre todos voluntariado y pobreza, existe una buena relación, que se llama convivencia. Seguimos unidos a la Roca.

1º Pilar. La presencia de Dios.

Pilar 1º. “….. Aquel, que escucha mis palabras y las pone en práctica se parece  a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y  descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque está  cimentada sobre roca.” (Mt.7 ,24-25).  El trabajo no era fácil. Teníamos bien claro el objetivo. Después  de creernos, Mercedes y yo, la Palabra de Dios, en un proceso de formación en la fe durante 12 años, en una parroquia, en Alicante, la misión estaba fuera, en la calle. Había que salir a demostrar, con hechos, lo que habíamos aprendido. Lo que habíamos aprendido era: servir, escuchar, atender, amar… a los pobres, fuera quien fuera y en la situación que estuviera, defendiendo su dignidad. Eso es el reino de Dios. Ese era y sigue siendo nuestro objetivo. No únicamente asistencialismo,  sino un servicio liberador. Con estas personas había que estar diariamente. Sus situaciones de pobreza no permitían descanso. Como tampoco lo permite ahora. Nos íbamos a su encuentro sin recursos. Nuestra confianza estaba en el Señor. Él era y es nuestra Roca.     

INICIO DE LOS 30 AÑOS DE ACOMAR

Nunca se  hubiera construido ACOMAR, si desde los principios no se contaran con los “materiales” adecuados para lo que queríamos levantar. Tampoco hubiera tenido una continuidad, hasta llegar a los 30 años, que no es nada para lo que queda por hacer, sino se hubiera edificado día a día y con mucha paciencia, sin prisas, buscando un terreno adecuado y con unos “pilares” solidos. No nos importaba la estructura, pero si nos interesaba mucho quienes iban a tomar parte en esta labor humanitaria. Y comenzamos:
Hay tres pilares imprescindibles sobre los  que se sostiene la obra: 1º. La presencia de Dios. 2º. La presencia de la persona; el voluntariado.  3º. La presencia de la persona que sufre, el pobre.
Todo ello bien asentado con tres palabras:  confianza, amor y humildad.
Objetivo principal y único: Aceptar a la persona que sufre, escucharla. Guardar en el alma del voluntariado sus situaciones, compartirlas y darle soluciones, cada cual en su área de trabajo, buscando su dignidad.

lunes, 6 de enero de 2020

EL PRIMER “SIN TECHO”

Hablando  diariamente y escuchando a estas personas que acuden a nuestra Casa de ACOMAR, y que están Acogidas y Atendidas, se va captando lo que han sufrido y siguen sufriendo en los trances de la vida. El mundo de la pobreza es un viejo mundo: frio, indiferente, doloroso, de rechazos, olvidos, humillaciones, soledades, desesperanzas…es fácil entrar y permanecer. No hay que hacer ningún curso para entrar. Está abierto para todos.  Se puede estar libremente. Hay muchas plazas disponibles. Cada plaza se llama situación personal de pobreza.  Hay  personas que pueden ocupar varias plazas.  Unas, para las que acaban de entrar en ese mundo, otras para las que llevan más tiempo y otras que han llegado a ser crónicas. Pero a ninguna se le impide salir o de mejorar su situación. Hay libertad. Ya  algunas están tan deterioradas, que necesitan ayuda para poder salir. Pero  solamente trato el tema por encima, porque si nos adentramos, llegaremos a otros lugares, en este inmenso mundo muchos más fuertes… Pero vamos al título. A punto de cumplir 30 años, situados en este inmenso mundo nunca nos hemos encontrado a nadie, ninguna persona, que voluntariamente quiera permanecer, de por vida, en estas situaciones tan duras, ni quiera vivir estas experiencias y menos pudiendo evitárselas. Pero alguien, una familia, con su Hijo quiso abajarse al máximo y permanecer ahí. “vino a los suyos y los suyos no lo recibieron” (Jn.1,11) . Lo más duro de este mundo es verse  despreciado e ignorado.….                                     Había unos padres que con su hijo también pasaron por varias situaciones de pobreza: emigrantes, sin techo, despreciados…se llaman José y María  que con su Hijito no querían estar ajenos ni distantes a las demás personas de este mundo. El pequeño, el niño, era Dios y hombre. Pero para estar más cerca de la persona que sufre, antes de nacer necesitaba ser un marginado, excluido… igual que sus padres: ”Subieron de Galilea a la ciudad de David, que se llama Belén…Estando allí se cumplieron los días de su  parto y dio a luz a su hijo primogénito y lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre por no haber sitio para ellos en el mesón” (Lc. 2,4-7).  Apareció en la historia de la cristiandad el “primer sin techo” Dios hecho niño, con sus padres también tenían  su sitio en este mundo de la pobreza. Eran unos padres con su hijo que antes de nacer ya era un “sin techo”. Podía haber sido el último, pero al cabo de los miles de años y actualmente todavía la imagen de la cueva de Belén se repite y también se sigue repitiendo. Se han realizado en el mundo temas importantes: Hemos subido y bajado de la luna, se han hecho miles de descubrimientos, reuniones de países  para buscar solución a  muchos problemas  del mundo… que está muy bien, pero para que estas personas nazcan dignamente, aún no se ha llegado a descubrir nada, con lo fácil que es: menos hablar y más hacer, pero todos.
Alicante 1 Enero 2020. Salvador