martes, 30 de diciembre de 2014

Testimonio de un matrimonio voluntario en ACOMAR

A continuación os presentamos el testimonio de un matrimonio, que desde hace muchos años los dos trabajan como voluntarios en ACOMAR: 



En la sociedad en la que vivo tengo mi sitio, mi familia…no estoy solo. Durante muchos años busqué mi felicidad, y justo ahora siento que por fin la he encontrado. 
Y no la he descubierto en el dinero o en la fama. Tampoco en lo que implica el tener o el saber. He hallado mi felicidad de la única manera en la que creo que se puede conseguir: haciendo feliz al prójimo. 

Siempre he intentado hacer feliz a mi familia. Pues siempre supe que si nosotros éramos felices, podríamos hacer felices a los demás. En esa lucha constante por hacer dichosas a las personas de mi alrededor, un buen día el Señor nos llevó a ACOMAR. 

La vocación y perseverancia de sus voluntarios, todavía eran pocos cuando nosotros llegamos, nos sorprendió de inmediato. Cada día salían por las calles a buscar a los pobres y se sentaban con ellos a hablar, les daban algo de comer y les buscaban un lugar donde poder dormir por las noches. 

En esa época, no existía la Casa de ACOMAR, los voluntarios no tenían un techo donde poder juntarse y nadie les ayudaba. A pesar de que cada uno de ellos era diferente, todos tenían algo en común: su vocación estaba unida a su fe. Sus ganas de ayudar al prójimo habían nacido de la Palabra de Dios. 
Después de vivir un proceso de fe durante 12 años en una parroquia, se les había grabado a fuego en su corazón las siguientes palabras del Señor:  “Tú busca el reino de Dios y su justicia; y todo lo demás se os dará por añadidura”. Los voluntarios de ACOMAR intentaban, en la medida de lo posible, acercar el reino de Dios a los más débiles, a los invisibles de la sociedad.
Y digo en la medida de lo posible porque ellos vivían de la Divina Providencia, pero luchaban contra las dificultades, los obstáculos y los contratiempos que se les venían encima cada día, para hacer mejor la vida de los pobres. Para hacerles felices. 

Al tiempo de conocerles y observar la labor que realizaban, nos unimos a su asociación y no tardamos en darnos cuenta de que éramos mucho más felices.  Nuestras vidas  comenzaron a estar ligadas a las de los pobres. Los queríamos como si fuesen parte de nuestra familia. 

Mucho tiempo ha pasado desde entonces. Hoy somos más de 80 voluntarios y atendemos a un promedio de 85 personas diarias. Cada una de ellas con distintos problemas, pero todas con la necesidad de que les ayudemos a reintegrarse en la sociedad, y sobre todo, a reencontrarse con su YO. 

Lo cierto es que nosotros nos sentimos muy satisfechos de haber dedicado parte de nuestra vida a los que no tienen nada. Les hemos visto crecer, recuperarse de sus enfermedades y adicciones. A veces, también lo hemos pasado mal con ellos, pero siempre, siempre, ha merecido la pena. 

Nos gustaría terminar nuestro testimonio con la exposición del primer caso del que fuimos partícipes al poco tiempo de llegar a ACOMAR: 

Una tarde había en la puerta de nuestra Casa unas 60 personas, que esperaban para ser atendidas por los voluntarios. Pero solo teníamos 30 bocadillos y un bote de aceitunas para alimentarles. Nosotros nos preguntamos: ¿Cómo vamos a alimentar a tantas personas si no tenemos más comida? 
El responsable de ACOMAR nos dijo: "Cada uno a su sitio y a seguir con el trabajo". A los pocos minutos apareció una vecina con un guiso de pollo. Al rato, llamaron de un colegio de la ciudad y nos dijeron que nos iban a traer unos alimentos que les habían sobrado de una celebración. Al final comieron todos y la nevera se quedó repleta para el próximo día. 
Esto es ACOMAR. Somos felices y hemos encontrado la felicidad haciendo felices a los demás. 


domingo, 7 de diciembre de 2014

Artículo II de la serie ¿Dónde está mi yo?: ¿Cómo son las personas abandonadas?

En este segundo artículo de la serie "¿Dónde está mi yo?",el cofundador de ACOMAR, Salvador Silva, quería hablaros un poco de cómo son las personas que diariamente llegan a ACOMAR y no dejan de repetir que, más que cualquier otra cosa, se sienten abandonadas. 

Ellos no han tocado fondo por voluntad propia. La mayoría cuenta con un pasado bastante agitado, un presente incierto y un futuro que no quieren ni pensar en él. Le tienen miedo. Tienen mucho miedo a todo lo que significa incertidumbre. 
Están cansadas de no estar, de no de vivir, porque abandonadas no se puede ni estar ni vivir dignamente. 

Sus compañeras más fieles son sus carencias. No tienen nada y no exigen nada a los demás. No solo echan en falta una toalla con la que poder lavarse, unos calcetines con los que no congelarse los pies en invierno o una cuchara con la que llevarse la sopa a la boca; más que nada, ellos echan en falta un amigo con quien dialogar y que tenga todo el tiempo del mundo para poder escucharlos. 

Algunas de ellas nunca imaginaron verse en esta situación. Pero un día todo se complicó y desde entonces se sumergieron en una vorágine de catástrofes que parecía no tener fin. 
Por ello, nunca podemos estar seguros de nada, nunca podemos decir que "de este agua no beberemos". Nunca sabemos qué nos puede pasar el día de mañana. 

Mientras escribo, me viene a la mente un refrán que mis padres me decían cuando un mendigo se acercaba a nuestra casa en busca de limosna, en una época en la que no había para comer, pero sí había fuerza para compartir y ayudar a los demás: 
No le niegues el pan al pobre que de puerta en puerta llama, quizás te está enseñando el camino que tengas tú que seguir mañana. 




lunes, 1 de diciembre de 2014

Visitando ACOMAR


La pasada semana recibimos dos visitas muy especiales para ACOMAR y queríamos compartirlas con vosotros:


El viernes nos visitó un grupo de alumnos del colegio Lope de Vega de Benidorm, acompañados de su sacerdote. Él es buen amigo nuestro y ha trabajado durante mucho tiempo con los pobres a los que atendemos. 

Ya hace algunos años que conocemos a este colegio y solo queríamos volver a darles las gracias por su predisposición y por ayudar, siempre, a los pobres, sobre todo ahora que se acerca la época navideña y sabemos que están preparando una campaña solidaria.



El domingo recibimos en ACOMAR a 30 chavales de un grupo Scout de Alicante, acompañados por sus formadores, que trabajan desde hace unos meses con nosotros. 
Todos los niños vinieron de forma voluntaria para interesarse por la labor que realizamos con los pobres. 


Lo cierto es que fue una mañana bonita y enriquecedora tanto para ellos como para nosotros. Aprendimos dos cosas importantes: la juventud de hoy en día tiene un corazón limpio y enorme en el que cabemos todos; y los mayores deberíamos aprender de su vitalidad, energía, y sobre todo, de sus ganas de comerse la vida

Gracias, tanto a los alumnos del colegio Lope de Vega como a los chavales de un grupo Scout de Alicante, por haberos acercado a ACOMAR y por ayudarnos a construir un mundo más solidario para las personas más olvidadas.






                                                                  Fuente: ACOMAR

jueves, 20 de noviembre de 2014

Resumen de la 15ª Asamblea General de Voluntarios de ACOMAR

A continuación os presentamos un resumen de la 15ª Asamblea General de Voluntarios de ACOMAR. El acto se celebró el pasado sábado 15 de noviembre en el colegio Salesianos de El Campello. 


«La Asamblea comenzó a las 10.00h con una eucaristía celebrada por D. Ángel Larrañaga, sacerdote Salesiano que acompaña a ACOMAR desde sus inicios. 

En la homilía nos habló sobre la necesidad de que aparezcan nuevas generaciones dedicadas a las personas pobres. "Ya es hora de que salgamos hacia fuera en busca de aquel que necesite ayuda", nuestro sacerdote rememoró las palabras del Papa Francisco.  
Terminada la eucaristia, D. Ángel expuso una presentación con el nombre de "Naturaleza y misión de ACOMAR” y nos recordó el ideario y la misión de ACOMAR en el mundo.

También analizamos algunos aspectos del compromiso que mantenemos como asociación con los pobres; y aprobamos una serie de medidas encaminadas a mejorar nuestra labor. 

Dejamos un último apartado para posibles ruegos y preguntas. Aquí se invitó a los asistentes a acudir a la Oración Comunitaria que se realiza en ACOMAR todos los martes a las 17.30h.
A las 14.00h finalizamos la asamblea y celebramos nuestra tradicional comida en la que cada uno aporta lo que puede y lo compartimos entre todos.  
El día culminó con charlas, canciones, y sobre todo, con muchas ganas de continuar con nuestra labor: erradicar la pobreza».

Aquí os dejamos algunas fotos, realizadas por ACOMAR, de los voluntarios que asistieron a la asamblea. ¡¡¡Gracias!!!









viernes, 14 de noviembre de 2014

Comenzamos la serie de artículos: ¿Dónde está mi yo?

Hoy iniciamos un proyecto muy especial para nosotros: la publicación de una serie de artículos escritos por el cofundador de ACOMAR, Salvador Silva, sobre la pobreza y la historia de ACOMAR.Cada dos semanas publicaremos uno de estos escritos hasta completar la tirada. 

Estos artículos estaban guardados en un cajón, sus palabras esperaban impacientes el momento oportuno para contaros lo que sienten los pobres y aquellos que los acompañan en su infierno diario. Creemos que ha llegado el momento de sacarlos a la luz y haceros partícipes de nuestra lucha contínua para erradicar la peor enfermedad de todos los tiempos: la pobreza. 

Artículo I de la serie ¿Dónde está mi yo?: Lamento de una persona pobre y abandonada

Desde que comencé a estar diariamente con las personas pobres junto a Mercedes, mi mujer, que me ha acompañado y me acompaña desde aquel 2 de febrero de 1990; y también junto a todos los voluntarios que están al servicio de esta personas, he experimentado sentimientos muy diferentes. 
He aprendido a sufrir sin descanso, a esperar que mejorasen las cosas, a orar cada día, a callar cuando solo quería gritar, a escuchar sin hablar, a AMAR sin medida…y todo, en silencio. 

Todo ello ha tenido un solo objetivo: luchar contra una pobreza que tiene nombre, que tiene rostros y que todos ellos forman parte de mi vida. La pobreza se manifiesta en cada persona que está “atada” y “enraizada” en situaciones de miseria, tanto corporal como espiritual. Ahí está la pobreza. Y a veces no hace falta buscarla muy lejos, la tenemos a la vuelta de la esquina.

Para conocer cómo aprisiona la pobreza a cada uno de los pobres hay que pasar mucho tiempo junto a ellos. Hay que transmitirles que queremos luchar para mejorar su situación, y solo cuando esa persona haya aceptado luchar junto a nosotros, se convertirá en el protagonista de su propia batalla, y terminará ganándola. Será entonces cuando se libere para siempre de ese lastre que condicionaba su vida...

Muchas veces en este camino de liberación, de intentar romper las raíces que atan a la persona al inmenso campo de la pobreza, me han preguntado: "Salvador: ¿DÓNDE ESTÁ MI YO? Y es que es tan grande la confusión, el desorden, el abandono y el vacío interior que sufren los pobres, que este lamento mil veces escuchado, me ha llevado a escribir mi experiencia. Con esto, intento arrojar un poco de luz sobre CÓMO poder ayudar a los pobres a encontrarse con su YO, donde se encuentra su alegría, su fuerza, lo mejor de su VIDA. 

Todo lo aprendido lo publicaré mediante capítulos que abordarán los siguientes temas: la pobreza de los años 90, momento en el que comenzamos con ACOMAR; la pobreza actual: la acogida, el seguimiento, el proceso de liberación. Aquí haré hincapié en sus heridas, y por supuesto, en su YO. 

El objetivo de transmitiros mis experiencias no es más que continuar luchando contra la pobreza. Estoy seguro de que Dios nos ayudará.

sábado, 18 de octubre de 2014

La esquizofrenia: testimonio de un acogido

Os presentamos el testimonio de un acogido contado por el responsable de ACOMAR, Salvador Silva: 

"Cuando comprendemos y queremos a desconocidos se produce una experiencia preciosa. A veces nos preguntamos: ¿Por qué debo ayudar a alguien que no conozco? Y es precisamente esa persona quien nos responde: Porque te estaba esperando. Entonces comienza una amistad entre los dos; y nunca nos pregunta por qué hemos tardado tanto en llegar, solo nos dice que mereció la pena esperarnos.

Os hablo de alguien que vivía en el centro de Alicante y tocaba la guitarra acompañado de un cartel que rezaba: "Por favor, deme algo para comer". La melena le llegaba a los hombros y la barba le tapaba parte del pecho. Permanecía sentado en una especie de envoltorio que hacía las veces de saco de dormir y no dejaba de cantar canciones con un ritmo que él mismo se inventaba.

Un voluntario de ACOMAR intentó en varias ocasiones dialogar con él, pero estaba demasiado ocupado con sus canciones. En nuestro centro siempre tratamos de practicar la insistencia con los pobres, pero con una gran dosis de prudencia. Cierto día el voluntario consiguió hablar con él y quedaron en verse otro día. Un halo de esperanza recorrió el cuerpo de los dos voluntarios que acudieron esta vez cuando vieron que aquel dejó de tocar la guitarra, recogió sus cosas y se sentó en un banco para hablar tranquilamente con ellos.

Durante esta charla le ofrecimos venir a nuestra casa y nos contó su situación personal: no tenía mujer ni hijos, pero tampoco quería saber nada del resto de su familia. En cierto momento decidió volver a sus canciones, pero les pidió que fuesen a verlo otra mañana. 

Y así lo hicieron, con la diferencia de que esta vez él les esperaba. Quería hablar, nos hablaba de todo: de composiciones, de música, de poesía, de él mismo, comprendimos que necesitaba ser escuchado y eso hacíamos: escucharle. 
Sabíamos que si no le escuchábamos no podríamos acercarnos a él. Todavía no quería revelarnos cuál había sido el motivo de su situación de pobreza, pero ya habíamos decidido que lo acogeríamos, le daríamos de comer, y le ayudaríamos en todo lo que pudiésemos. 

Al final accedió a acompañarnos a nuestra casa y allí lo aseamos, le dimos ropa limpia a pesar de que no quería desprenderse de la suya porque decía que era de su propiedad, le llevamos a la peluquería y le proporcionamos una casa donde dormir y comida para alimentarse. También lo llevamos al médico. 

En los siguientes días dormía muchas horas y se alimentaba sin cesar. Y fue entonces cuando comenzó a contarnos su vida pasada: sus rupturas familiares, su falta de higiene desde que se dejó el pelo largo. Vimos que poco a poco iba mejorando y encontrando la paz. Su YO comenzaba a renacer y nuestra amistad no dejaba de crecer. 

Una mañana nos dijo que padecía esquizofrenia desde hacía años, que había dejado el tratamiento y se había abandonado a la calle y a las canciones. El médico volvió a recetarle el tratamiento y él comenzó a mejorar, incluso nos pidió que llamásemos a su familia para que viniese a visitarlo. El día que se encontraron fue precioso. Todavía se ven de vez en cuando. 

Actualmente, se ha convertido en una persona educada, atenta y servicial. Lleva una vida muy ordenada y es un gran amigo de los que le rodean. Cobra una pequeña ayuda debido a la enfermedad que padece.Es un hombre feliz. Hoy solo puedo darle las gracias a Dios por esta obra y a vosotros por ayudarnos a hacerla posible". 

lunes, 22 de septiembre de 2014

El alcoholismo: un acogido nos cuenta su historia

                              
A continuación os presentamos el testimonio de un acogido contado por el responsable de ACOMAR, Salvador Silva: 

"El tiempo pasaba y aquel cuando lo creía oportuno venía a nuestra casa a la hora en la que atendíamos a los acogidos. Siempre venía acompañado de una botella de vino entre las manos. Se sentaba en la acera y hablaba consigo mismo y con la botella. A veces se acercaba a alguno de los acogidos para pedirle un cigarro.

Un día decidimos salir a hablar con él y nos ofreció vino. Lo declinamos y conseguimos que nos contase algo de su vida, pero de forma desordenada. Decidimos que había que escucharlo e intentar ayudarle, aunque estuviese en esas condiciones.
Siempre hemos pensado que la primera condición para ayudar a un pobre es escucharlo.
Le dimos unos pantalones limpios, porque los suyos estaban sucios y olían. Le invitamos a que viniese al día siguiente para seguir hablando con él, pero le pedimos que no trajese tanto alcohol. 

A los pocos días llegó algo más sereno. Le dimos comida. Se la tomó rápidamente y nos pidió más. Se la dimos. Hablamos, hablamos, hablamos…
Durante varios días pasaba la noche “liado” entre unas mantas en una casa en construcción llena de ratas. No se duchaba. Mendigaba para tomar alcohol, comía de los contenedores. Le dijimos que dejara los contenedores y viniera a comer a nuestra casa. En esos momentos todavía no le comentábamos nada acerca de abandonar el alcohol. Aún no era el momento. Su YO aún no estaba preparado para ello. En estos casos no valen las prisas ni los cálculos sino el diálogo, la escucha y la paciencia. 

Con el tiempo conseguimos dialogar con él sin el alcohol de por medio. Por nuestra parte, siempre le proporcionábamos comida y ropa limpia. Pero no queríamos cubrir solo estas necesidades superfluas. Sabíamos que si nos quedábamos ahí, nos quedábamos a mitad de camino. Queríamos llegar a la raíz de su pobreza, que estaba originada por el alcohol. Estaba claro. Esa raíz había que cortarla para devolverse su libertad. 

Nuestro acogido después de mucho diálogo había comprendido que  no podía dar ese paso solo, necesitaba alguien en quien confiar. Necesitaba otra forma de vida que conseguimos después de muchas y muchas conversaciones.  Ya no solamente comprendíamos la raíz de su pobreza, sino que también habíamos escuchado sus lamentos…y qué lamentos, amigos. 

Una noche después de cenar, nuestro acogido le confió a la persona que le realizaba el acompañamiento que estaba preparado para dejar atrás su anterior vida, que quería dejar de sentirse marginado, hundido, asqueado, humillado…; y sobre todo que quería dejar el alcohol y comenzar de nuevo. 

Le ofrecimos la opción de acudir a la Unidad de Conductas Aditivas (UCA), donde comenzaría un tratamiento específico dictado por unos médicos especialistas y para el que siempre contaría con nuestra ayuda. 
De esta forma nuestro acogido comenzó un proceso en el que le fuimos conociendo poco a poco. No fue fácil, pero al final logramos cubrir todas sus necesidades primarias y el acogido consiguió rodearse de un círculo de amigos que le apoyaban en todo momento. Había renacido su fe. 

Al final, su YO cambió. Durante el proceso de recuperación, que es precioso, se encontró con su familia. Ese es otro tema muy lindo.  Actualmente continúa con nosotros. Lleva en proceso unos cuatro años. La raíz que originaba su pobreza se ha cortado. Ya es libre. Su YO ya no es el alcohol, su YO es su persona y su dignidad. Por todo ello damos las gracias a Dios.

Son los testimonios como el que os acabo de relatar los que realmente nos empujan a seguir adelante día tras día". 






viernes, 22 de agosto de 2014

Dar ropa para proporcionar felicidad

A continuación os dejamos un escrito del cofundador de ACOMAR, Salvador Silva, en el que se dirige a todos nosotros en referencia al tema de la ropa:

Hola amigos/as:

En primer lugar quiero daros las gracias a todos/as por responder al llamamiento de ropa que estamos haciendo estos días vía twitter, y por supuesto, a través de nuestro blog.
 
Ya hemos recibido varias bolsas y el equipo de voluntarios de ACOMAR, encargado de la ropa, la han clasificado, ordenado y repartido cada miércoles a nuestros acogidos.
No os podéis imaginar el rostro de alegría de estas personas cuando se les entrega una camisa, un niki, un pantalón nuevo o semi nuevo, para que lo disfrute...Es imposible de explicar...
 
Algunos de nuestros acogidos, debido a sus situaciones de desamparo, habrá acudido al contenedor en busca de comida o ropa y no habrá tenido la oportunidad de encontrarla o de que alguien se la entregase desde el corazón. Por ello, cuando llegan a nuestra casa, ellos saben que nuestro mayor deseo es ayudarles a mantener su higiene a fin de mejorar su imagen. Nosotros no solo les proporcionamos ropa para que vayan bien vestidos, sino que también les ayudamos a conservar y cuidar sus prendas. 

El mundo de la pobreza es un mundo completamente diferente al nuestro. Lo que nosotros no valoramos ni apreciamos ni le damos importancia, para estas personas pobres puede significar un mundo. Lo más simple que le regalemos, como una camisa de verano, unos pantalones o unas deportivas les llena de alegría sus vidas, y sobre todo, les proporciona felicidad.
Por todo esto, os invito a que nos ayudéis a darles felicidad a nuestros acogidos.

Os recordamos aquellas prendas que nos hacen falta de forma URGENTE: pantalones vaqueros y cortos; camisas de manga corta, camisetas, deportivas de las tallas 42,43,44 y ropa interior nueva.
 
Gracias de antemano.
 
Salvador Silva


lunes, 4 de agosto de 2014

Llamamiento para la recogida de ropa

Hace unos días que por Twitter estamos haciendo un llamamiento para recoger ropa para las personas pobres que atendemos y servimos en ACOMAR. Todos los miércoles del año entregamos la ropa que necesitan estas personas, que son unas 50.


Algunas ya disponen de lugares donde lavar la ropa; ya que forman parte de nuestro proyecto de intervención y han comenzado sus procesos para ir poco a poco dejando la pobreza.

Estas personas tienen cubiertos servicios tales como alojamiento, alimentación, higiene, lavadora, seguimiento de su caso, farmacia... otras están a la espera de poder iniciar los procesos correspondientes. Tienen alimentación, higiene, seguimiento de su caso, farmacia...;pero no tienen lavadora. Se le entrega la ropa limpia cada semana.

La ropa interior se le entrega a todos nueva, ya que nosotros la compramos.

Tanto los unos como los otros piden vuestra AYUDA AHORA. Necesitamos pantalones vaqueros, pantalones cortos, camisetas de manga corta, camisas de manga corta, calcetines nuevos y zapatillas deportivas de las tallas 42-43-44 . 

La situación es grave, por lo que cualquier ayuda será bien recibida. Gracias de antemano y recordad:  "Estaba sin ropa y me vestiste. Estaba en la calle y me acogiste".

miércoles, 23 de julio de 2014

ACOMAR no se marcha de vacaciones

A continuación os dejamos un escrito del presidente de ACOMAR, Salvador Silva, con motivo de las vacaciones de verano y el aumento de la pobreza en estas fechas:


Llega el verano y aquellos que pueden se marchan unos días de descanso. Pero hay muchas personas, que por diversas circunstancias, no pueden disfrutar de esas vacaciones, porque deben hacer frente a sus dificultades; y no para llegar a fin de mes, sino para llegar al final de cada día.


En nuestra sociedad, hay algunos colectivos, que desde hace algún tiempo, no pueden llevar una vida como la de cualquier persona normal. Caminan desorientados, tienen carencias, tanto externas como internas, y se sienten excluidas. 

Me he dado cuenta de que algunas de ellas están completamente destrozadas por el sufrimiento y la soledad que los aprisiona…son todas ellas las que llegan a nuestra casa día tras día: mendigos, vagabundos, inmigrantes, sin techo, desnutridos, paralíticos…


Durante todo el año las atendemos, acogemos y servimos como haríamos con un familiar más. Todo ello gracias a nuestros equipos de voluntariado, que sintiendo el dolor del prójimo como si fuera propio, lo dejan todo y se dedican al servicio y atención de las personas muy pobres.

La solidaridad no puede ser ocasional ni debería manifestarse solo en una campaña determinada (aunque está muy bien).  La solidaridad debe ir mucho más allá y debe estar guiada por el corazón. 

Ahora, que llegan las vacaciones y muchos se marchan fuera, las personas pobres se quedan aquí. Y nosotros nos quedamos con ellas…solo quería recordaros que en ACOMAR no nos marchamos de vacaciones, que permanecemos atentos todos los días del año, tanto para los pobres como para aquellos que deseen conocernos.
Nuestra puerta permanece abierta, solo tenéis que abrirla…



Imagen del equipo que trabaja todos los miércoles para los pobres / Foto: ACOMAR


martes, 8 de julio de 2014

ACOMAR visita la parroquia de San Bartolomé de Orihuela

A la visita que realizaron a ACOMAR los jóvenes y catequistas pertenecientes a la parroquia de San Bartolomé Apóstol de la pedanía de Orihuela, hemos correspondido visitando su parroquia.


El pasado 21 de Junio, víspera del Corpus Cristi, nos trasladamos hasta allí para conocerles. Lo cierto es que fue un encuentro muy cordial. Nos mostraron sus instalaciones: el templo es un edificio nuevo y moderno, con un altar mayor hecho de piedra. El resto de las habitaciones, como el salón de reuniones y la sacristía son muy amplias.

El párroco le pidió al responsable de nuestro centro, Salvador Silva, que hablase sobre la labor que realiza ACOMAR en favor de las personas pobres. Salvador, en la homilía de la Eucaristía, trató los siguientes temas: 

· Se hizo hincapié en que los pobres son personas, como cualquiera de nosotros. Se recordó, como se ha comentado en más de una ocasión, que todos poseen su parte corporal y su parte espiritual; y que debemos trabajar para ayudarles a restablecer ambas.

· No podemos quedarnos en la parte simplemente corporal, sino que tenemos que llegar al corazón de la persona marginada. A su espíritu hundido y olvidado. 
Nuestro objetivo debe ser liberar a estas personas de las situaciones personales que les oprimen; y demostrarles, mediante hechos, que las amamos. 

· Es necesario que peleemos y luchemos contra la sociedad, contra el sistema actual y contra nosotros mismos, para devolver a estas personas su dignidad.

· También se recordó que ACOMAR realiza esta misión desde hace más de veinte años. Y que seguiremos llevándola a cabo hasta que el Señor nos lo permita. Y que para nosotros no existen las vacaciones, porque los pobres no tienen vacaciones. 

Tras comentar estos puntos, el Sr. Cura dijo unas palabras de agradecimiento a ACOMAR y nos prometió que rezaría por los pobres y por nosotros. Luego nos entregaron un donativo para los pobres. 

Sin embargo, lo mejor de esta visita fue que el viernes 27 de junio algunos de los chavales de la parroquia vinieron a trabajar como voluntarios a nuestra casa. 

Desde aquí queremos agradecer a toda la familia de la parroquia de San Bartolomé, la hospitalidad con la que nos trataron, la sensibilidad con la que entendieron nuestra labor y el compromiso que aceptaron formando parte de nuestra misión.

A continuación os dejamos algunas fotografías de nuestra visita:



 El responsable de ACOMAR, Salvador, junto a algunos miembros de la parroquia



Salvador Silva junto al párroco antes de pronunciar unas palabras a los asistentes



Tras la Eucaristía, disfrutamos de una merienda junto a los chavales de la parroquia. 

viernes, 20 de junio de 2014

El colegio Maristas organiza la "Campaña de la lata" en favor de ACOMAR


El pasado seis de junio, el colegio Sagrado Corazón HH Maristas celebró el día en el que recuerdan a su fundador, Marcelino Champagnat. Como viene siendo habitual, el centro organiza una serie de actividades para conmemorar esta fecha, entre las que destacan bailes realizados por los alumnos y actividades deportivas en las que se premian a los ganadores. Además, también dedican una parte de la celebración a agradecer a ciertas asociaciones la labor solidaria que realizan a lo largo del año.

En esta ocasión, el colegio Maristas ha premiado la labor de ACOMAR con un donativo de 1663 euros aportado por los alumnos que han comulgado este año; 1000 euros por parte del grupo que ha representado el musical "Bella" y los alimentos que han recogido en la tradicional “Campaña de la lata”.
Esta campaña consiste en que de forma anual los alumnos, los profesores y el personal docente del centro, así como cualquier allegado a los Maristas, aporta una lata de conserva que va destinada a las personas que atendemos diariamente en ACOMAR. Este año hemos recibido latas de todo tipo: conservas de pescado, de carne, de legumbres, precocinadas, frutas en dulce…
Tras otorgarnos los donativos y la recolecta de las latas, el personal de Maristas, con la ayuda de todo aquel que desee echar una mano, se encarga de trasladarlo a nuestra casa. 

Más tarde, tras seleccionar y ordenar el contenido de las latas, esta comida se distribuye a las más de ochenta personas a las que atendemos hoy día. Es importante recordar que treinta de estas personas ya han iniciado sus procesos de rehabilitación correspondientes y tienen cubiertas sus necesidades básicas. 
El resto disponen de lo esencial para sobrevivir y se encuentran a la espera de comenzar los procesos pertinentes para salir de su situación de pobreza y reintegrarse en la sociedad. 

Gracias a campañas como esta que organiza anualmente el colegio Maristas y, también, gracias a donativos que recibimos de otros colegios, asociaciones y personas anónimas vamos cumpliendo nuestros objetivos: alimentar física y espiritualmente a los más necesitados y ayudarles a que recuperen la esperanza y las ganas de vivir. 

Desde aquí queremos agradecer de corazón al colegio Maristas su labor con nuestra asociación. Gracias por demostrar su espíritu solidario con nosotros y su compromiso en la tarea de ayudar a los pobres. Ojalá que el Señor les proteja y ayude tanto como ellos protegen y ayudan a los demás. 

A continuación os dejamos algunas fotografías del evento del pasado seis de junio. Todas las fotos están cedidas por el colegio Maristas. 




 Imagen del Patio de Banderas del colegio Maristas en el que se celebró el acto




Conjunto de latas recogidas por el colegio Maristas en favor de ACOMAR



Asociaciones solidarias premiadas por el colegio con distintos donativos 



El presidente de ACOMAR (cuarto por la izquierda) charla con algunos de los asistentes






sábado, 31 de mayo de 2014

Visitando ACOMAR

Como ya hemos comentado en más de una ocasión, ACOMAR no solo permanece abierto a los pobres, sino también a todo aquel que desee conocer cómo trabajamos y ayudamos a las personas más necesitadas.
En vacaciones de Semana Santa recibimos la agradable de visita de los chicos y chicas pertenecientes a la parroquia San Bartolomé Apóstol de la pedanía de Orihuela. Hace tiempo que sus catequistas les habían hablado de ACOMAR y antes de recibir el sacramento de la Confirmación quisieron conocernos.

A continuación os ofrecemos un resumen que elaboró una de las catequistas (que prefiere permanecer en el anonimato) sobre lo que significó para ellos la visita a ACOMAR. 

Cualquier persona que sienta la necesidad de visitarnos, ya sabe que solo tiene que llamarnos o acercarse directamente a nuestra Casa (C / Francisco Esteban Román, Nº 15, bajo). Estaremos encantados de recibiros y mostraros nuestra labor.


"A los grupos de Confirmación siempre les ha gustado leer la publicación Noticias Diocesanas (NODI) y comentar aquellos temas que les resultaran más interesantes.

Un tema del libro de catequesis sobre los profetas dice: “También hoy hay hombres que, movidos por el espíritu, hacen resonar la palabra de Dios en nuestro mundo, personas inconformistas, que no están de acuerdo con la marcha de nuestra sociedad y luchan comprometiendo su vida por cambiarla y hacerla mejor”. 

Leyendo el NODI descubrimos a un personaje que buscábamos desde hacía tiempo. Él es Salvador, cofundador de la Asociación Comunidad de Personas Marginadas de Alicante.
A partir de entonces surgió en nosotros la necesidad de conocerle y de entender mejor la labor que se desempeña en ACOMAR. 

Como catequista del grupo, llamé a la asociación, con la suerte de que me cogió el teléfono Salvador y concertamos una visita para el primer martes de Pascua. Acudimos los catequistas, los jóvenes e incluso algunos padres que se animaron a acompañarnos. 

El encuentro con Salvador fue muy emocionante. Nos recibió en un salón humilde, que contaba con una mesa rectangular en el centro, encima de ella una biblia, una imagen de la virgen, libros con los que hacen oración todos los días y unas sillas de plástico. Nos hizo sentarnos alrededor de la mesa y comenzó a hablarnos.

En primer lugar, nos dio algunas pinceladas sobre su vida y Nos contó cómo surgió ACOMAR. 
También compartió con nosotros algunas historias sobre los acogidos. Me llamó la atención la de un joven emigrante que, gracias al centro, encontró trabajo, familia y fe. También la de un joven que murió a causa del VIH y les dejó una frase para el recuerdo: "No le digas a tu Dios que tienes un problema, dile al problema que tienes un gran Dios".

Con sus palabras, Salvador nos emocionó y hasta nos hizo llorar a algunos. A continuación nos enseñó el resto de las instalaciones: había dos habitaciones más en la casa, una era la cocina y despensa; y la otra un pequeño despacho, donde Salvador y Ángela, que trabaja como asistenta social, se sientan a aconsejar y escuchar todos los problemas de las personas que pasan por allí. Me gustaron las paredes, repletas de frases y mensajes muy esperanzadores.

Concluimos la visita rezando en el salón frente a la Virgen, coincidimos en que era ella la que nos había encaminado hasta allí. Nos despedimos dándole las gracias a Salvador por su testimonio y su acogida y también dándole ánimo para seguir adelante con su misión.

Visitar ACOMAR fue como un sueño hecho realidad para nosotros. Me recordó a la Navidad: acercarse y llegar a un portal donde Jesús nace en cada uno de los hombres a los que da vida, a los que les devuelve la dignidad de ser persona, persona a la que la sociedad quiere ignorar porque no se quiere complicar ni molestar.

Esta vivencia me recordó también las palabras del Papa Francisco en su libro La alegría del Evangelio, una eterna novedad: «El Señor hace a sus fieles siempre nuevos, aunque sean ancianos, les renovará el vigor, subirán con alas como de águila, correrán sin fatigarse, y andarán sin cansarse.  La propuesta cristiana nuca envejece, puede romper los esquemas aburridos en los cuales pretendemos encerrarlo y nos sorprende con su constante creatividad divina. En realidad toda auténtica acción evangelizadora es siempre nueva. La iniciativa es de Dios y nos permite conservar la alegría en medio de una tarea tan exigente y desafiante que toma nuestra vida por entero. Nos pide todo, pero al mismo tiempo nos ofrece todo».

Hemos conocido a una gran persona, y sobre todo a una gran asociación. ACOMAR está llena de Dios, es generosa, alegre, con una gran fe en la providencia divina, una gran fortaleza y un amor infinito por los pobres y abandonados. 

Me quedo con una de las frases que nos dijo Salvador en nuestra visita: Todo aquel que llega a ACOMAR con un problema, le decimos que le queremos, que le vamos a ayudar y que tiene un Dios que pase lo que pase, siempre le estará esperando.

Gracias, Salvador, por tu testimonio y por tu acogida, porque gracias a ti y al grupo de voluntarios, los pobres y marginados tienen una casa, un techo en el que vivir.
Tal vez en esta tierra no tengas abundancia en bienes materiales, pero estoy segura de que el Señor te estará reservando una gran herencia en el cielo". 



Jóvenes y catequistas de la parroquia San Bartolomé Apóstol de Orihuela junto al cofundador de ACOMAR / Foto: Autora del texto


Jóvenes, catequistas y el cofundador de ACOMAR posan junto a unos regalos que trajeron al centro / Foto: Autora del texto
                 



jueves, 22 de mayo de 2014

La Asociación Espejo de Alicante promueve una gala benéfica en favor de ACOMAR

La Asociación Cultural Espejo de Alicante promueve una gala benéfica en favor de ACOMAR. El acto tendrá lugar el próximo 6 de junio en el colegio María Auxiliadora a partir de las 19:00h.

La gala contará con un festival de danza y teatro y el dinero recaudado (5 euros por papeleta vendida a cada asistente) será destinado a la Asociación Comunidad de Personas Marginadas de Alicante.

Desde ACOMAR, les invitamos a que acudan a la gala. El dinero recogido nos ayudará a mejorar nuestros servicios y a atender mejor a nuestros acogidos. 


martes, 13 de mayo de 2014

El alcoholismo: testimonio de un acogido

A continuación os presentamos el testimonio de uno de nuestros acogidos para que, a través de su historia, conozcáis algunas de las realidades con las que tratamos diariamente en ACOMAR. 

Como queremos salvaguardar su identidad, el escrito no aparece firmado. Le damos las gracias a nuestro acogido por haberse atrevido a abrir su corazón y relatarnos algunas de sus viejas heridas. Ahora, os dejamos que lo conozcáis a través de sus palabras:


Mi nombre carece  de importancia, ya que soy una persona más en este círculo vicioso que está formado por todas aquellas  personas que se dedican  al consumo excesivo del alcohol. Un infierno. En mi caso se prolongaba, se prolongaba…hasta que, en un abrir y cerrar de ojos, me vi en un pozo sin fondo…

Cuando vi en lo que me había convertido, ya estaba SOLO.

Intenté, en varias ocasiones, intenté, repito, salir de esta situación, pues aquello no era vida, era un desajuste total en mi vida. No tenía un techo donde vivir ni comida ni higiene ni ropa ni tan siquiera un amigo…, lo intenté, como digo, pero en mi soledad era imposible y siempre tenía recaídas. 

En esta situación, yo no podía pensar ni hablar ni decidir ni organizar…el alcohol lo hacía todo por mí. Yo era el “muñeco” del alcohol. Ni personalidad ni criterios ni proyectos ni trabajo ni familia…todo lo realizaba y organizaba el alcohol, y mientras más tomaba, más lo necesitaba. 

Esta era mi situación hasta que alguien me trajo a ACOMAR.

Tuve la primera entrevista y ya en la segunda expliqué mi situación: mi dependencia y el deseo de salir de ella,  enseguida me ofrecieron su ayuda, colaboración, compañía, afecto…y me dieron alojamiento, alimentación, higiene, farmacia y la oportunidad de comenzar el tratamiento médico en UCA (Unidad de Conductas Adictivas). Así  lo hice.

Cuando llevaba un buen tiempo me salió un trabajo. Se lo comenté a mi responsable en ACOMAR que llevaba un acompañamiento diario de mi caso. Me dijo que adelante, pero que no abandonase mi compromiso diario de asistencia a ACOMAR  y no dejase de lado el tratamiento médico en  UCA.

Ya ganaba mi dinero. Yo quería que me lo administrase ACOMAR, pues no me atrevía a manejarloo mismo. Aunque sobre la situación de mi dependencia, me encontraba bastante mejor. Llevaba bien el proceso de rehabilitación.

Pero, entonces, me ocurrió lo peor. Lo reconozco.  En cuanto me vi con mi trabajo y un poco 
“recuperado” del alcohol, le dije a mi responsable de ACOMAR que me marchaba, pues el trabajo me absorbía  mucho tiempo. Mentira. Lo engañé, y me engañaba a mí mismo.
Él me dijo que no hiciera eso, que aún quedaba mucho camino por recorrer, que estaba  bastante mejor, pero que no estaba recuperado,  que volvería nuevamente a la dependencia, que, por favor, lo pensara…; pero que ante todo, yo era libre y podía disponer de mi vida como quisiese.
  
Le dije que me marchaba. Me entregaron mi dinero,  nos despedimos y me fui.

Al poco tiempo me di cuenta de que el terrible fantasma del consumo de alcohol se acercaba otra vez. Y llegó. Así estuve bastante  tiempo.  Estaba perdido. Sabía lo que tenía que hacer, pero no me atrevía.

Un día, bendito día, me encontré en la calle, casualmente, con el responsable que tenía en ACOMAR, le llamé, hablamos y me pidió que volviese nuevamente a ACOMAR. Así lo hice. Cuando llegué a ACOMAR, por segunda  vez, no tenía ganas ni de vivir, que ya es decir… Pero, aún así,  comenzamos de nuevo.

Hoy, 7 de Mayo, hace tres años y medio que he vuelto a ACOMAR. Vuelvo a sentirme persona. Y me siento orgulloso de como estoy ahora. Estoy actuando según los criterios de ACOMAR y poniendo de mi parte. Doy las gracias porque me siento feliz.

Todas las palabras que recibo en ACOMAR, incluyendo la oportunidad de vivir dignamente en el alojamiento que me han proporcionado, me han subido la moral. Me siento con fuerzas para seguir luchando y mejorar cada día con la sutileza que en ACOMAR recibo.

Nuevamente estoy en la búsqueda de empleo, pero seguro de que ya no se volveré a repetir lo anteriormente expuesto. Aprendí mucho en todo el tiempo que estuve fuera de ACOMAR. Ahora valoro mucho más lo que tengo y lo que ellos me dan, no solo cosas materiales...

La verdad es que puedo decir que en ACOMAR me han curado el CORAZÓN.


domingo, 4 de mayo de 2014

Hacer camino junto a los pobres

El fundador de ACOMAR, Salvador Silva, nos dedica esta reflexión sobre la necesidad de acompañar a los pobres en su proceso de integración en la sociedad:

Cuando queremos llegar a un lugar diferente del que vivimos o comenzar un reto nuevo, debemos fijarnos unas metas, asimilar que tendremos que hacer frente a numerosos obstáculos, cargar la mochila de valentía, esfuerzo y corazón; y entonces, comenzar a hacer camino hacia nuestro destino.
Si el camino es largo y la meta complicada de alcanzar, debemos buscar a alguien que nos acompañe y nos proporcione protección y seguridad durante todo nuestro trayecto.

No nos damos cuenta de que a nuestro alrededor hay muchas personas que están esperando a que alguien les proponga hacer camino junto a ellas. 
En nuestra vida podemos comenzar caminos que nos llevarán hacia la fama, el poder, el aplauso…todos estos caminos son buenos, siempre y cuando repercuta algún día en beneficio de los demás. 

Algunos de los voluntarios que trabajan día a día en ACOMAR han encontrado su felicidad ayudando a los demás a encontrar la suya propia. Han hecho camino con personas marginadas y excluidas, les han tendido la mano y les han ayudado a hacer frente a los obstáculos que se les interponían en la consecución de sus metas. 

Llevamos más de veinte años haciendo camino con vagabundos, sin techo, desnutridos, paralíticos, mendigos...y durante todo este tiempo, nos hemos dado cuenta de todo lo que nos ha enseñado la vida a través de estas personas. Hemos conocido las raíces de su pobreza, el  terrible cansancio que sienten al vivir en soledad, el azote constante que sufren al satisfacer sus dependencias,  y lo más importante, que a veces lo único que necesitan estas personas es ser escuchadas, atendidas, elegidas por otros para ayudarles a abandonar sus situaciones de pobreza, y sobre todo, amadas por aquellos que les ven como simples lastres de la sociedad.

Amigos: ¡cuántas personas existen en este mundo que esperan, y esperan, la ayuda de otras que quieran darles su apoyo, su cariño, su afecto, su comprensión…para ir dejando poco a poco el terrible ocaso de su vida. Y muchas de estas personas son jóvenes, que les han arrebatado su pasado, y si no lo remediamos, harán lo mismo con su futuro. 

Cada vez que hablo con algún pobre, yo me pregunto: ¿Cómo podemos ignorar a los más necesitados cuando pasan día a día por nuestro lado? ¿Por qué no compartimos nuestro  amor cristiano con ellos?

Si queremos llegar a un mundo diferente del que vivimos o adoptar un compromiso con algún necesitado deberemos atravesar los siguientes puntos en nuestro camino: 

 · Punto de encuentro: Conocer el inmenso campo de la pobreza. Tener claro sí realmente queremos entrar en él. 

 · Principio del camino: Dialogar,  acoger a  la persona  pobre. 

 · Fin del camino: Liberar a la persona de su sufrimiento y devolverle su dignidad. 

No quiero profundizar más en este tema, para no cansaros. Más adelante incluiré muchos más detalles. 
Ahora, os planteo a vosotros la siguiente pregunta, para que reflexionéis: ¿Habéis elegido ya vuestro camino? ¿Estáis dispuestos a empezarlo al lado de algún necesitado? 


 "La mejor manera de crecer es cayéndose y la mejor forma de ayudar a alguien es acompañarle mientras se levanta" (Carlos Cuahutemoc) 
Foto:  http://toniosantiuste.blogspot.com




domingo, 27 de abril de 2014

ACOMAR celebra la Semana Santa junto a los colegios Maristas y Salesianos

La Semana Santa es tiempo de recordar el sacrificio que hizo Jesús por los creyentes, de buscar a Dios en cada una de las cofradías que transmiten su fe a través de sus nazarenos, damas de mantilla y costaleros. Pero, sobre todo, la Semana Santa es tiempo de seguir al lado de las personas pobres que, durante estas fechas, se esconden detrás del gentío que se amontona para ver desfilar a los tronos por las calles alicantinas. 

Este año, ACOMAR, sin dejar a un lado su labor de servicio y atención hacia los pobres, quiso formar parte de dos momentos importantes para la Comunidad Marista y Salesiana, con las que guarda una estrecha relación desde hace muchos años. 

El pasado 15 de abril, ACOMAR acompañó a la Hermandad Stabat Mater (perteneciente al colegio Maristas) en su procesión por las calles de Alicante. 
Cada Martes Santo, desde hace más de veinte años, esta cofradía porta su "Cristo de la Caña" con el que pretende llenar de luz el corazón de los creyentes. Y esta vez, ACOMAR, recién nombrado Socio de Honor de la cofradía, no quiso perdérselo y formó parte de la Junta Mayor que desfiló en la procesión detrás del trono.

Por su parte, el 17 de abril, Jueves Santo, ACOMAR acompañó a la Comunidad Salesiana en su tradicional lavatorio de pies, un acto de fe y de humildad que también celebra esta comunidad desde hace muchos años en  la parroquia de María Auxiliadora (C/ Tucumán).

Ya hemos comentado en más de una ocasión la íntima relación que nos une con estos dos colegios. Además, la mayor  parte de nuestro voluntariado nace en estas instituciones. Se trata de jóvenes comprometidos con  ACOMAR, que además de llevar adelante sus  estudios, trabajos, ocupaciones, familia…aún consiguen sacar tiempo para estar con las personas pobres. Ellos también les ayudan para que poco a poco abandonen sus situaciones de pobreza y recuperen su dignidad. 

Esta juventud nos ha demostrado que se atreve a luchar contra las injusticias y a entregarse a las personas más necesitadas. Un día cualquiera, oyeron la labor que realizaba ACOMAR, les hablamos, les invitamos a unirse a nuestra Casa, vinieron, les gustó lo que vieron y se quedaron. Deste entonces forman un pilar importantísimo de nuestra entidad. 

En ACOMAR creemos que confluyen dos caminos cruciales en la vida de cada persona necesitada. 
El primero, el despertar de una juventud que quiere llevar a cabo una vida cristiana a través de su ayuda incondicional a los pobres. Y el  segundo, ese testimonio cristiano que va dirigido a las personas pobres, que desgraciadamente, ocupan el último escalón de nuestra sociedad.
Esos dos caminos tienen como objetivo que la persona necesitada se sienta cuidada, atendida, escuchada, y sobre todo, amada. Para nosotros esto solo tiene un nombre: SOLIDARIDAD.

Juventud SOLIDARIA, juventud que AMA, juventud que LUCHA, juventud que MIRA a la persona muy pobre con los ojos del CORAZÓN, este es el verdadero secreto de ACOMAR. Y por todo ello quisimos acompañar a los jóvenes de Maristas y de Salesianos en estos momentos tan importantes de la Semana Santa para ellos.

A continuación, os dejamos algunas fotografías de la procesión del "Cristo de la Caña" de los Hermanos Maristas y del lavatorio de pies celebrado por la comunidad Salesiana: 



El fundador de ACOMAR, Salvador Silva, acompañando al resto de miembros de la Junta Mayor de Stabat Mater / Foto: Maristas Alicante


Costaleros de Stabat Mater portan el "Cristo de la Caña" a la salida de la iglesia de Nuestra Señora de Gracia / Foto: Maristas Alicante


Cuatro damas de mantilla que acompañaron al "Cristo de la Caña" / Foto: Maristas Alicante


Imagen del "Cristo de la Caña" a su llegada al Ayuntamiento de Alicante / Foto: Maristas Alicante


Imagen de los participantes que acudieron al lavatorio de pies celebrado por la comunidad Salesiana / Foto: colegio Salesianos



El fundador de ACOMAR junto a uno de sus ayudantes, Francisco, durante le celebración de lavatorio de pies / Foto: colegio Salesianos