domingo, 16 de septiembre de 2018

CARTA A LOS VOLUNTARIOS Y VOLUNTARIAS DE ACOMAR.

Hola amigos y amigas: Normalmente los temas de ACOMAR, que muchas veces son duros y fuertes,  para darle una solución acertada,  los consulto, pienso, hago  oración, recapacito… y al final decido. Pero en este caso ya lo tengo  asumido porque  el tema ya está hecho. Lo habéis hecho vosotros y vosotras. En nombre de Mercedes, de  las personas Acogidas, de toda la Comunidad  y en el mío  propio, recibid todo nuestro respeto, admiración y cariño  y éste último que no nos falte nunca. Estoy seguro que ACOMAR está siendo fiel a su vocación y destino, gracias  a todo el servicio  que se realiza día a día con todo vuestro amor y cariño a estas personas necesitadas por todo el voluntariado. Permitidme  que  le dedique unas letras al voluntariado que durante  todo el verano  ha estado junto a estas personas. Habéis hecho realidad aquello  de lo que siempre os he hablado “De que el hambre, el dolor, la enfermedad, la pobreza… no tienen vacaciones y hay que   estar junto a quienes lo sufren”.
No es  muy difícil escribir en el corazón de la persona amada. Dos personas  se aman y se sienten amadas  y lo viven…  Escritura perfecta.  No es tan perfecto, cuando hay que  escribir el mensaje  de amor a una persona  que tiene  el corazón “roto”, que se siente abandonada, humillada, fracasada, olvidada… por el sufrimiento y que  además no conocemos. Se le puede  hablar, pero si las palabras no van acompañadas de  hechos,  son palabras vanas. No sirven. Son mentiras.
Ese corazón que se siente destrozado. Está deseando de oír y ver algo  que le de vida que le de luz, que le de alegría. Hace tanto tiempo que carece   de ello, que esa página de su vida está en blanco… y son tantas páginas… tantos libros…Nadie se ocupa de escribir hechos de amor. Si alguien ha escrito ha sido un borrón. Una mentira.
Vosotros, vosotras amigos, amigas, grandes voluntarios y voluntarias. Estáis siendo creativos, creativas; de lo pequeño  que lleváis en vuestro corazón, realizáis lo más grande y  hermoso  con cada una  de las personas  acogidas.  Para amar a un corazón en está  situaciones, de dolor, de abandono, que antes me refiero,  no hacen falta grandes pantallas, ni altavoces, ni estructuras externas. Estáis utilizado vuestro corazón lleno de amor   compasivo,   para escribir en silencio, en el corazón del pobre con  una sonrisa, una mirada, una palabra  de aliento; sirviéndole  la merienda, la cena, el desayuno, la comida, la  ropa, el alojamiento, la entrevista… para  decirle: que se sienta querido, amado, respetado…Con vuestro trato cercano, habéis  borrado el sufrimiento  y habéis unido  el corazón del pobre, que estaba “roto”, al vuestro.  Le habéis dado la esperanza perdida.  Eso un día, otro día y otro… y así muchos años… Eso se llama  amigos y amigas el “goteo” que  ha dado y sigue dando vida a tantas personas muy pobres, en nuestra humilde y sencilla Casa.  Eso se llama dignidad. Os acordáis:… “Tuve hambre y me diste de comer… estaba triste abandonado y me acogiste… estaba olvidado humillado y me hablaste con cariño… me sonreíste. Estaba en la  droga y me liberaste… ¡Qué momentos más felices! Todos crecemos Acogidos, voluntarios y voluntarias.
No nos guardemos los sentimientos que Dios nos ha dado. No, No. Vamos a multiplicarlos siendo creativos, especialmente en las pequeñas cosas para repartirlos a los demás. Habéis   hecho realidad  el espíritu de ACOMAR; Dar vida donde no hay vida.  Se ha escrito en el corazón del pobre una página que estaba en blanco. Habéis impreso el nombre de Dios y el vuestro.
Todos estos temas y más me  gustaría hacerlo personalmente con vosotros y vosotras y comentar vuestras  experiencias, no sé si algún día pudiera ser una realidad. Por ahora os escribo. Gracias. Mercedes y Salvador. Alicante,10 Septiembre 2018.