sábado, 31 de mayo de 2014

Visitando ACOMAR

Como ya hemos comentado en más de una ocasión, ACOMAR no solo permanece abierto a los pobres, sino también a todo aquel que desee conocer cómo trabajamos y ayudamos a las personas más necesitadas.
En vacaciones de Semana Santa recibimos la agradable de visita de los chicos y chicas pertenecientes a la parroquia San Bartolomé Apóstol de la pedanía de Orihuela. Hace tiempo que sus catequistas les habían hablado de ACOMAR y antes de recibir el sacramento de la Confirmación quisieron conocernos.

A continuación os ofrecemos un resumen que elaboró una de las catequistas (que prefiere permanecer en el anonimato) sobre lo que significó para ellos la visita a ACOMAR. 

Cualquier persona que sienta la necesidad de visitarnos, ya sabe que solo tiene que llamarnos o acercarse directamente a nuestra Casa (C / Francisco Esteban Román, Nº 15, bajo). Estaremos encantados de recibiros y mostraros nuestra labor.


"A los grupos de Confirmación siempre les ha gustado leer la publicación Noticias Diocesanas (NODI) y comentar aquellos temas que les resultaran más interesantes.

Un tema del libro de catequesis sobre los profetas dice: “También hoy hay hombres que, movidos por el espíritu, hacen resonar la palabra de Dios en nuestro mundo, personas inconformistas, que no están de acuerdo con la marcha de nuestra sociedad y luchan comprometiendo su vida por cambiarla y hacerla mejor”. 

Leyendo el NODI descubrimos a un personaje que buscábamos desde hacía tiempo. Él es Salvador, cofundador de la Asociación Comunidad de Personas Marginadas de Alicante.
A partir de entonces surgió en nosotros la necesidad de conocerle y de entender mejor la labor que se desempeña en ACOMAR. 

Como catequista del grupo, llamé a la asociación, con la suerte de que me cogió el teléfono Salvador y concertamos una visita para el primer martes de Pascua. Acudimos los catequistas, los jóvenes e incluso algunos padres que se animaron a acompañarnos. 

El encuentro con Salvador fue muy emocionante. Nos recibió en un salón humilde, que contaba con una mesa rectangular en el centro, encima de ella una biblia, una imagen de la virgen, libros con los que hacen oración todos los días y unas sillas de plástico. Nos hizo sentarnos alrededor de la mesa y comenzó a hablarnos.

En primer lugar, nos dio algunas pinceladas sobre su vida y Nos contó cómo surgió ACOMAR. 
También compartió con nosotros algunas historias sobre los acogidos. Me llamó la atención la de un joven emigrante que, gracias al centro, encontró trabajo, familia y fe. También la de un joven que murió a causa del VIH y les dejó una frase para el recuerdo: "No le digas a tu Dios que tienes un problema, dile al problema que tienes un gran Dios".

Con sus palabras, Salvador nos emocionó y hasta nos hizo llorar a algunos. A continuación nos enseñó el resto de las instalaciones: había dos habitaciones más en la casa, una era la cocina y despensa; y la otra un pequeño despacho, donde Salvador y Ángela, que trabaja como asistenta social, se sientan a aconsejar y escuchar todos los problemas de las personas que pasan por allí. Me gustaron las paredes, repletas de frases y mensajes muy esperanzadores.

Concluimos la visita rezando en el salón frente a la Virgen, coincidimos en que era ella la que nos había encaminado hasta allí. Nos despedimos dándole las gracias a Salvador por su testimonio y su acogida y también dándole ánimo para seguir adelante con su misión.

Visitar ACOMAR fue como un sueño hecho realidad para nosotros. Me recordó a la Navidad: acercarse y llegar a un portal donde Jesús nace en cada uno de los hombres a los que da vida, a los que les devuelve la dignidad de ser persona, persona a la que la sociedad quiere ignorar porque no se quiere complicar ni molestar.

Esta vivencia me recordó también las palabras del Papa Francisco en su libro La alegría del Evangelio, una eterna novedad: «El Señor hace a sus fieles siempre nuevos, aunque sean ancianos, les renovará el vigor, subirán con alas como de águila, correrán sin fatigarse, y andarán sin cansarse.  La propuesta cristiana nuca envejece, puede romper los esquemas aburridos en los cuales pretendemos encerrarlo y nos sorprende con su constante creatividad divina. En realidad toda auténtica acción evangelizadora es siempre nueva. La iniciativa es de Dios y nos permite conservar la alegría en medio de una tarea tan exigente y desafiante que toma nuestra vida por entero. Nos pide todo, pero al mismo tiempo nos ofrece todo».

Hemos conocido a una gran persona, y sobre todo a una gran asociación. ACOMAR está llena de Dios, es generosa, alegre, con una gran fe en la providencia divina, una gran fortaleza y un amor infinito por los pobres y abandonados. 

Me quedo con una de las frases que nos dijo Salvador en nuestra visita: Todo aquel que llega a ACOMAR con un problema, le decimos que le queremos, que le vamos a ayudar y que tiene un Dios que pase lo que pase, siempre le estará esperando.

Gracias, Salvador, por tu testimonio y por tu acogida, porque gracias a ti y al grupo de voluntarios, los pobres y marginados tienen una casa, un techo en el que vivir.
Tal vez en esta tierra no tengas abundancia en bienes materiales, pero estoy segura de que el Señor te estará reservando una gran herencia en el cielo". 



Jóvenes y catequistas de la parroquia San Bartolomé Apóstol de Orihuela junto al cofundador de ACOMAR / Foto: Autora del texto


Jóvenes, catequistas y el cofundador de ACOMAR posan junto a unos regalos que trajeron al centro / Foto: Autora del texto
                 



jueves, 22 de mayo de 2014

La Asociación Espejo de Alicante promueve una gala benéfica en favor de ACOMAR

La Asociación Cultural Espejo de Alicante promueve una gala benéfica en favor de ACOMAR. El acto tendrá lugar el próximo 6 de junio en el colegio María Auxiliadora a partir de las 19:00h.

La gala contará con un festival de danza y teatro y el dinero recaudado (5 euros por papeleta vendida a cada asistente) será destinado a la Asociación Comunidad de Personas Marginadas de Alicante.

Desde ACOMAR, les invitamos a que acudan a la gala. El dinero recogido nos ayudará a mejorar nuestros servicios y a atender mejor a nuestros acogidos. 


martes, 13 de mayo de 2014

El alcoholismo: testimonio de un acogido

A continuación os presentamos el testimonio de uno de nuestros acogidos para que, a través de su historia, conozcáis algunas de las realidades con las que tratamos diariamente en ACOMAR. 

Como queremos salvaguardar su identidad, el escrito no aparece firmado. Le damos las gracias a nuestro acogido por haberse atrevido a abrir su corazón y relatarnos algunas de sus viejas heridas. Ahora, os dejamos que lo conozcáis a través de sus palabras:


Mi nombre carece  de importancia, ya que soy una persona más en este círculo vicioso que está formado por todas aquellas  personas que se dedican  al consumo excesivo del alcohol. Un infierno. En mi caso se prolongaba, se prolongaba…hasta que, en un abrir y cerrar de ojos, me vi en un pozo sin fondo…

Cuando vi en lo que me había convertido, ya estaba SOLO.

Intenté, en varias ocasiones, intenté, repito, salir de esta situación, pues aquello no era vida, era un desajuste total en mi vida. No tenía un techo donde vivir ni comida ni higiene ni ropa ni tan siquiera un amigo…, lo intenté, como digo, pero en mi soledad era imposible y siempre tenía recaídas. 

En esta situación, yo no podía pensar ni hablar ni decidir ni organizar…el alcohol lo hacía todo por mí. Yo era el “muñeco” del alcohol. Ni personalidad ni criterios ni proyectos ni trabajo ni familia…todo lo realizaba y organizaba el alcohol, y mientras más tomaba, más lo necesitaba. 

Esta era mi situación hasta que alguien me trajo a ACOMAR.

Tuve la primera entrevista y ya en la segunda expliqué mi situación: mi dependencia y el deseo de salir de ella,  enseguida me ofrecieron su ayuda, colaboración, compañía, afecto…y me dieron alojamiento, alimentación, higiene, farmacia y la oportunidad de comenzar el tratamiento médico en UCA (Unidad de Conductas Adictivas). Así  lo hice.

Cuando llevaba un buen tiempo me salió un trabajo. Se lo comenté a mi responsable en ACOMAR que llevaba un acompañamiento diario de mi caso. Me dijo que adelante, pero que no abandonase mi compromiso diario de asistencia a ACOMAR  y no dejase de lado el tratamiento médico en  UCA.

Ya ganaba mi dinero. Yo quería que me lo administrase ACOMAR, pues no me atrevía a manejarloo mismo. Aunque sobre la situación de mi dependencia, me encontraba bastante mejor. Llevaba bien el proceso de rehabilitación.

Pero, entonces, me ocurrió lo peor. Lo reconozco.  En cuanto me vi con mi trabajo y un poco 
“recuperado” del alcohol, le dije a mi responsable de ACOMAR que me marchaba, pues el trabajo me absorbía  mucho tiempo. Mentira. Lo engañé, y me engañaba a mí mismo.
Él me dijo que no hiciera eso, que aún quedaba mucho camino por recorrer, que estaba  bastante mejor, pero que no estaba recuperado,  que volvería nuevamente a la dependencia, que, por favor, lo pensara…; pero que ante todo, yo era libre y podía disponer de mi vida como quisiese.
  
Le dije que me marchaba. Me entregaron mi dinero,  nos despedimos y me fui.

Al poco tiempo me di cuenta de que el terrible fantasma del consumo de alcohol se acercaba otra vez. Y llegó. Así estuve bastante  tiempo.  Estaba perdido. Sabía lo que tenía que hacer, pero no me atrevía.

Un día, bendito día, me encontré en la calle, casualmente, con el responsable que tenía en ACOMAR, le llamé, hablamos y me pidió que volviese nuevamente a ACOMAR. Así lo hice. Cuando llegué a ACOMAR, por segunda  vez, no tenía ganas ni de vivir, que ya es decir… Pero, aún así,  comenzamos de nuevo.

Hoy, 7 de Mayo, hace tres años y medio que he vuelto a ACOMAR. Vuelvo a sentirme persona. Y me siento orgulloso de como estoy ahora. Estoy actuando según los criterios de ACOMAR y poniendo de mi parte. Doy las gracias porque me siento feliz.

Todas las palabras que recibo en ACOMAR, incluyendo la oportunidad de vivir dignamente en el alojamiento que me han proporcionado, me han subido la moral. Me siento con fuerzas para seguir luchando y mejorar cada día con la sutileza que en ACOMAR recibo.

Nuevamente estoy en la búsqueda de empleo, pero seguro de que ya no se volveré a repetir lo anteriormente expuesto. Aprendí mucho en todo el tiempo que estuve fuera de ACOMAR. Ahora valoro mucho más lo que tengo y lo que ellos me dan, no solo cosas materiales...

La verdad es que puedo decir que en ACOMAR me han curado el CORAZÓN.


domingo, 4 de mayo de 2014

Hacer camino junto a los pobres

El fundador de ACOMAR, Salvador Silva, nos dedica esta reflexión sobre la necesidad de acompañar a los pobres en su proceso de integración en la sociedad:

Cuando queremos llegar a un lugar diferente del que vivimos o comenzar un reto nuevo, debemos fijarnos unas metas, asimilar que tendremos que hacer frente a numerosos obstáculos, cargar la mochila de valentía, esfuerzo y corazón; y entonces, comenzar a hacer camino hacia nuestro destino.
Si el camino es largo y la meta complicada de alcanzar, debemos buscar a alguien que nos acompañe y nos proporcione protección y seguridad durante todo nuestro trayecto.

No nos damos cuenta de que a nuestro alrededor hay muchas personas que están esperando a que alguien les proponga hacer camino junto a ellas. 
En nuestra vida podemos comenzar caminos que nos llevarán hacia la fama, el poder, el aplauso…todos estos caminos son buenos, siempre y cuando repercuta algún día en beneficio de los demás. 

Algunos de los voluntarios que trabajan día a día en ACOMAR han encontrado su felicidad ayudando a los demás a encontrar la suya propia. Han hecho camino con personas marginadas y excluidas, les han tendido la mano y les han ayudado a hacer frente a los obstáculos que se les interponían en la consecución de sus metas. 

Llevamos más de veinte años haciendo camino con vagabundos, sin techo, desnutridos, paralíticos, mendigos...y durante todo este tiempo, nos hemos dado cuenta de todo lo que nos ha enseñado la vida a través de estas personas. Hemos conocido las raíces de su pobreza, el  terrible cansancio que sienten al vivir en soledad, el azote constante que sufren al satisfacer sus dependencias,  y lo más importante, que a veces lo único que necesitan estas personas es ser escuchadas, atendidas, elegidas por otros para ayudarles a abandonar sus situaciones de pobreza, y sobre todo, amadas por aquellos que les ven como simples lastres de la sociedad.

Amigos: ¡cuántas personas existen en este mundo que esperan, y esperan, la ayuda de otras que quieran darles su apoyo, su cariño, su afecto, su comprensión…para ir dejando poco a poco el terrible ocaso de su vida. Y muchas de estas personas son jóvenes, que les han arrebatado su pasado, y si no lo remediamos, harán lo mismo con su futuro. 

Cada vez que hablo con algún pobre, yo me pregunto: ¿Cómo podemos ignorar a los más necesitados cuando pasan día a día por nuestro lado? ¿Por qué no compartimos nuestro  amor cristiano con ellos?

Si queremos llegar a un mundo diferente del que vivimos o adoptar un compromiso con algún necesitado deberemos atravesar los siguientes puntos en nuestro camino: 

 · Punto de encuentro: Conocer el inmenso campo de la pobreza. Tener claro sí realmente queremos entrar en él. 

 · Principio del camino: Dialogar,  acoger a  la persona  pobre. 

 · Fin del camino: Liberar a la persona de su sufrimiento y devolverle su dignidad. 

No quiero profundizar más en este tema, para no cansaros. Más adelante incluiré muchos más detalles. 
Ahora, os planteo a vosotros la siguiente pregunta, para que reflexionéis: ¿Habéis elegido ya vuestro camino? ¿Estáis dispuestos a empezarlo al lado de algún necesitado? 


 "La mejor manera de crecer es cayéndose y la mejor forma de ayudar a alguien es acompañarle mientras se levanta" (Carlos Cuahutemoc) 
Foto:  http://toniosantiuste.blogspot.com