lunes, 18 de abril de 2016

¿Somos conscientes de que hay pobreza a nuestro alrededor?

Diariamente llegan a nuestra Casa muchas personas excluidas o en vías de exclusión, que llevan  sufriendo infinidad de carencias: sin techo, sin alimentos, sin higiene, enfermas,   sin trabajo, sin futuro, sin esperanza, sin cariño, sin afecto...Muchas veces se habla de que, sería bueno, que cada día hubiera menos pobreza. Ante estas situaciones de desamparo, ni se puede pasar de largo, ni quedarnos con los brazos cruzados, ni pasar página, ni esperar a ver  lo que hacen los demás... mientras estas personas sigue y siguen buscando que alguien les de una mano, para intentar  salir de ese enorme campo de la pobreza. Para ello hay que comenzar por  hablar menos y hacer más. A estas personas le interesan mucho más todo  lo que podamos  hacer con ellas, con la única idea de ir ayudándolas, en principio, para cubrir sus necesidades más elementales. Amigos/as, la pobreza no se hereda, la pobreza se genera y tú y yo, sin darnos cuenta, podemos a nuestro alrededor ir generando pobreza. Para este caso hay una palabra,que si la llevamos a la práctica, puede crear pobreza, que se llama indiferencia y luego en el Evangelio hay otra palabra preciosa que sirve para curar la  anterior que se llama compartir. Mientras más se comparte menos pobreza hay. Mientras menos se comparte más pobreza hay. La felicidad la tenemos muy cercana cuando hacemos felices a los demás cada día."

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