lunes, 29 de abril de 2019

Lo interno

Estábamos en plena faena de trabajo, en nuestra Casa de ACOMAR, el Viernes Santo, de mañana. Ya teníamos organizado, todo el voluntariado,   el servicio para la atención a los pobres. Había que  servir a unas  70 personas, de todo el mundo. Bueno, aunque sea fiesta, aquí no  hay vacaciones. ACOMAR no cierra. ¿Cómo nos vamos a marchar y cerrar esta Casa?. El hambre no tiene vacaciones, ni la soledad, ni la desesperanza, ni el dolor… tienen vacaciones. Cuando se ama a una persona ni  se le puede  cerrar el corazón, ni se le puede despachar de vacío.  Hay  que llenarle su corazón  de esperanza y paz con hechos y palabras, no solamente hoy, también muchos más días.  Aquí es un “estilo de vida cristiana”, que intentamos llevar adelante con nuestro voluntariado, con todos nuestros defectos, e  imperfecciones…  que tenemos  y  muchos… Es entonces cuando la persona  pobre y necesitada,  que entiende muy bien este lenguaje,  del amor, sabe que  se le ama. ¿Cómo nos vamos a ir de vacaciones para hacerle daño?.
Pues bien, seguíamos con nuestro trabajo y nos visita una  persona inmigrante, que había estado con nosotros en su proceso de rehabilitación e inserción, ya hacía un tiempo. Buena persona. Educado, atento…, con un  poco de dependencia y con desorden interno. El proceso fue largo y un poco difícil, sus negativas, sus abandonos, el volver a empezar…con  nuestros ratos de escucharlo y dialogando, pudimos ir sepultando aquellas dificultades. Nos  dimos cuenta que al tener todos los servicios de atención primaria cubiertos, ya pensaba    que su proceso había terminado. Le dijimos que  se conformaba con muy poco y no lo entendió. Le hablamos de que con nuestra ayuda debía él recomponer  su vida interior. Le gustó  mucho la frase de que tenía que “nacer de nuevo”. Poco a poco la llevamos a la práctica  con él y empezó su orden interno. Comenzó su vida nueva ; teniendo  su  higiene, a  saber  esperar, a saber presentarse, a buscar su empleo, a saber administrarse, a dialogar, sin prisas… a tener su paz interior, su alegría… Y quiso el Señor que tuviera un trabajo y se marchó, ya organizado.
Hoy Viernes Santo ha vuelto para saludarnos y hemos celebrado su  “resurrección”. Hoy podemos decirle ¡¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!!. Esta es su verdadera Pascua. Todos nos alegramos, porque para llegar  a   su Pascua de la alegría,  ya liberado de su pobreza, teníamos  que  vivir  con él, el “via crucis” de su   proceso. Es ahí donde se realiza el verdadero AMOR.  Continua  trabajando, con contrato y ha reunido a su familia y lo más importante es que sigue viva su paz y su su orden interno.
Es una persona realizada ha “nacido”  de dentro hacía fuera. Ya  no se conforma, como al principio, con los recursos externos ahora valora más los internos que los de fuera. “Cuántas veces hicisteis eso  a uno de estos mis  hermanos más débiles, a mí me lo hicisteis”.(Mat, 25, 40).  Salvador. Alicante 19 Abril 2019.