viernes, 21 de febrero de 2014

¿Cómo se vive la Nochebuena en ACOMAR?


 En ACOMAR no se cierra ningún día del año. Si a cada uno de nosotros nos gusta tener, durante todo el año, algo para comer y alguien con quien hablar y que nos escuche y nos cuide…¿por qué vamos a cerrar las puertas de una institución que se dedica en exclusiva a la atención y ayuda de las personas muy pobres en festividades o fechas señaladas? Si así lo hiciésemos, ¿dónde residiría nuestra caridad? ¿Acaso habéis  visto o leído en algún sitio que alguna vez la virtud de la caridad se vaya de vacaciones? ¿Tienen los sentimientos de necesidad, dolor, soledad, tristeza o miseria vacaciones?

ACOMAR nació hace más de 20 años para estar al servicio de todas las personas que se encuentran en la más absoluta  pobreza: vagabundos, inmigrantes, sin techo, desnutridos, enfermos, paralíticos, mendigos, enfermos mentales...Si ellos deciden comenzar los correspondientes procesos que les permitirán salir de todas estas situaciones, tenemos pues, que estar a su lado, al menos durante los primeros  “pasos” que dan.  Ya que si algún día, por cualquier causa o motivo, estas personas cometen un pequeño fallo; pero estamos con ellas, podremos ayudarles a rectificar y a seguir el proceso con normalidad.
Sin embargo, si nos vamos de vacaciones  y ocurre el fallo o la equivocación y no tienen donde acogerse o a quien consultar, cuando regresen, ¿qué haremos? ¿Cómo combatiremos, entonces, el sufrimiento de esta persona? Tanto las personas enfermas como aquellas que cuentan con problemas de dependencia deben estar permanentemente atendidas. Deben sentirse seguras y arropadas. Al fin y al cabo, el mundo en el que ellos viven es muy diferente al nuestro.  

Con todas estas personas y sus situaciones de pobreza pasamos cada año la Nochebuena. Este último año, el salón de ACOMAR estuvo ocupado por un total de 42 personas. Las atendimos y servimos como diariamente hacen los voluntarios mayores y jóvenes. Todos colocados alrededor de nuestro Belén mientras proclamamos la Palabra de Dios. La cena de Nochebuena siempre es especial por la armonía que reina entre los voluntarios y los acogidos. Es un ambiente repleto de PAZ. 
Después de la cena, algunos de los acogidos contaron en público sus experiencias, sus historias...se trata de sus testimonios personales.¡Cuántos proyectos oímos, cuántas ilusiones, cuántos  fracasos, cuántas alegrías, cuántos recuerdos de sus familias, unas lejanas otras que se fueron!…Al final cantamos villancicos para cerrar la noche.

En esta celebración, nos acompañaron, como hacen normalmente, los alumnos de los colegios: Maristas, Salesianos, D. Bosco, Salesianas, Ángel de la Guarda y Comunidad de Mies. Además, estos colegios siempre preparan sus correspondientes campañas de Navidad en beneficio de ACOMAR, incluido el colegio Lope de Vega de Benidorm. 

Esta es la Navidad que se vive en ACOMAR, esta es la Buena Noticia que viven estas personas muy muy pobres. Nosotros vivimos el espíritu de la Navidad intentando que, poco a poco, estas personas vayan saliendo de sus situaciones de pobreza y se sientan más queridas, ayudadas, escuchadas, AMADAS… Y siempre pedimos el mismo deseo en esta época del año: que el espíritu de la Navidad por el que damos vida a los demás perdure durante el resto del año. 

 Imagen del Belén que luce en ACOMAR los días de Navidad.


 Algunos de los voluntarios que acuden cada Nochebuena a ACOMAR.


Fotografía que muestra parte de la cena que se sirvió a los acogidos en Nochebuena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario