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martes, 2 de febrero de 2016

26º ANIVERSARIO DE ACOMAR.

Dos  voluntarios de ACOMAR, matrimonio, quiso el Señor que recibieran una formación en la fe durante  doce años en una pequeña Comunidad del Neocatecumenado Diocesano en la parroquia de la Inmaculada Concepción de Alicante. En este proceso conocieron el AMOR que Dios nos tiene, se creyeron este mensaje de Jesucristo que nos dice “ Buscad, primero el reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura”. (Mt. 6, 33)  y comenzaron a ponerlo en práctica por las calles de Alicante, el día 2 de Febrero de 1990, en que fue acogida la primera persona.  Así de sencillo nació esta Asociación Comunidad  que lleva  gracias al Señor 26 años junto a las  personas muy muy pobres. Entendieron que el reino de Dios  está en la presencia viva y real de Jesucristo resucitado y que el reinado de Dios lo inauguró el mismo Jesucristo atendiendo, sirviendo, ayudando, amando y dando la cara por las personas más pobres y necesitadas… que son  las propietarias de ese reino de Dios. “ Dichosos vosotros los pobres porque vuestro es el reino de Dios” (Lc.6,20).
En estos años el número de personas que necesitan ayuda de toda clase ha aumentado. No han nacido en esta crisis. Ya  estas personas tienen sus propias  crisis, que las tienen enraizadas en el inmenso campo de la pobreza. Son sus situaciones. El campo de la pobreza es enorme.
En ACOMAR, que nos sentimos Iglesia, atendemos y servimos diariamente a los colectivos de personas; unas en riesgo de exclusión y otras ya excluidas: mendigos, inmigrantes,  desnutridos, sin techo, paralíticos, enfermos/as mentales… algunas de estas personas con temas de dependencias: alcohol, drogas, ludopatía… y otras con total abandono personal. ¡Tremenda injusticia el sufrimiento de estas personas!. Y todo lo llevan  en silencio y careciendo de lo más necesario para vivir no solamente un mes ni una semana, sino cada día.
La pobreza de los años 90, cuando comenzamos, no es la misma que la de ahora. Antes era asistencialista. Ahora nos piden, o mejor dicho  nos exigen mucha más ayuda para poder acompañarlas a  ir saliendo de sus situaciones  y a la  vez  e ir cortando poco a poco sus raíces que las tienen atadas al  inmenso  campo de la pobreza.
En ACOMAR, desde su voluntariado, unas 90 personas, la mayoría jóvenes, estamos vocacionados y organizados, gracias a Dios, para ayudar, servir, atender  y AMAR, diariamente, y  con hechos a estas personas. Lo  nuestro no es dar por  dar,  solamente, sino ayudar mediante el proceso que a cada persona, según sus raíces, le corresponde y de forma voluntaria, a que poco a poco vaya saliendo de su situaciones  y vaya teniendo su dignidad.   No se puede perder ni un día el trabajo con ellas. El trabajo ha de ser permanente, para atender sus necesidades. Lo mismo que nosotros podemos  tener nuestras necesidades cubiertas  también han de estar cubiertas las de ellas. Mientras estamos atendiendo a estas  personas la pobreza disminuye, mientras nos quedamos sin atenderlas, la pobreza  aumenta.
Actualmente estamos atendiendo un promedio de 70 personas.
La atención ha de ser integral, es decir atender las necesidades del cuerpo y las del alma. Ya que estas personas, son tan personas como tú y como yo. Si solamente atendemos, como lo hacemos, las necesidades físicas, de atención primaria; alojamiento, alimentación, atención médica, quien la necesite, higiene, ocupación laboral…. nos quedamos a mitad de camino. Tenemos que llegar a “curar” también las “heridas” internas de su YO. Para eso hay que escuchar  sus lamentos. Nuestra experiencia es que la persona cuando se siente escuchada, respetada, querida, AMADA… su YO responde y    lleva el proceso, con sumo interés. No le pongamos tiempo. No tengamos prisas, ya la persona irá hablándonos desde su sonrisa, su libertad  y sus sentimientos. Nuestra experiencia es que la persona ha de nacer desde dentro hacia  fuera. Cuando se lucha, se trabaja y se da la cara en nuestra sociedad por estas personas para que vayan teniendo su dignidad, ahí está  el reino de Dios.
Ya más adelante, intentaré continuar hablando desde aquí, sobre estos temas. Gracias a Dios hemos llegado a estos 26 años.

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