Insistía. ¡Daros prisa!. Le decíamos: No corras Juanjo, (no es su nombre), porque Cristo no tiene prisa y su Madre, bajo palio, tampoco. Cristo lleva ya mucho tiempo clavado en la cruz y la cruz es señal de paciencia y servicio. Una cruz con prisas es más pesada. Su Madre bajo palio ya está acostumbrada a seguir las huellas de su Hijo y lo más importante en Ella es el silencio. Es impresionante el silencio de María al pie de la cruz de su Hijo. Pero allí estaba.
Juanjo, no tengas prisa que un Viernes Santo con prisas es un desierto sin oasis. A nuestro amigo solamente le interesaban los adornos de cada “paso”.
Caminamos un tiempo en silencio. Llegamos al “paso” del Cristo. A nuestro amigo le impresionaba la imagen, la candelería, los hachones ennegrecidos en cada esquina del paso, los lirios, los claveles rojos…
En el “paso” de la Virgen Dolorosa, le impresionaba al ver la imagen, el palio, los barandales, las mallas delicadas de las bambalinas, los candelabros de cola, el terciopelo verde con bordados en oro del extenso manto. Los costaleros, el eco de las pisadas firmes de sus alpargatas de esparto en el suelo. Sus hombros en las “trabajaderas”. Costaleros “anónimos”… Todo perfecto y precioso. Hecho con devoción y vocación para Dios.
Todo pasó y nos quedamos solos con nuestro amigo y nos sentamos en silencio en el templo Y le explicamos: Juanjo: es precioso lo externo pero mucho más precioso es lo interno. Vamos a cerrar los ojos de la cara y vamos abrir los ojos del corazón. Continuamos meditando. Vamos a entrar por la llaga del costado de Cristo en su corazón traspasado. ¡Cuánto dolor! El corazón de Dios “roto” y sangrando… Tantos “cristos” hay en el mundo con su vida rota, destrozada, marginada, humillada: inmigrantes, sin techo, paralíticos, enfermos/as mentales abandonados/as, desnutridos…El mismo Cristo se identifica con estas personas.
No tengas prisa, nos dice el Señor. Te voy a mostrar más. Hay otros “cristos” cargados con la cruz de la soledad, personas enfermas, de avanzada edad, niños,… Jóvenes atados y en la cruz de la desesperanza, de la droga, del alcohol, de la delincuencia, prostitución… Otros abandonados en la miseria, en la desnutrición, sin familia…
Desde la cruz nos está hablando Cristo; Como Yo hay muchos/as, que no se te olvide. Si quieres aliviarme, comienza por aliviar a las personas muy muy pobres que tienes cerca. No pases de largo. No tengas prisa. Nuestro amigo callaba, escuchaba, asentaba con la cabeza. En un momento de silencio nos dice: Entrar en el mundo de Cristo, en el corazón de Cristo es entrar en el mundo de Dios pobre, en el mundo del dolor y del sufrimiento.
Al pie de la cruz de Jesús estaba su Madre. La Madre Dolorosa, sigue las huellas de su Hijo. No lo abandona. Cargada de amargura por la muerte de su Hijo, siendo inocente, le acompaña hasta el Calvario y al pie de la cruz. Llora y sufre María por tantas y tantas personas reflejadas en su Hijo, que siendo inocentes padecen los dolorosos trances de la culpabilidad. Mira, Juanjo, la valentía de María que estando su Hijo colgando de la cruz y sangrando allí está con él cuando todos los abandonaron. Ella también está junto a tantas y tantas personas, que colgadas de la cruz de su pobreza y situaciones de pobreza, se sienten abandonadas y solas. Mira a María que viendo a su Hijo destrozado en la cruz, no dio ninguna queja, ni habló, pudiendo decir mucho. Ella está también guardando silencio e intercede acompañando en el silencio a tantas y tantas personas que están destrozadas, por esta sociedad. Mira a María que en el silencio, en el dolor, en la amargura, su Hijo del alma, nos la da por MADRE, y MADRE de misericordia. Y el Hijo murió y su madre le recogió su último aliento. Nos podemos preguntar ¿ Qué ha ocurrido entre nosotros que María nos entrega a su Hijo en la Cueva de Belén, hecho Niño, precioso y limpio y nosotros se lo entregamos a su Madre, destrozado, humillado, fracasado ensangrentado, muerto…?.¿ No hemos sido capaces de dar la cara por Él ni por otros que se identifican con Él.?. Nuestro amigo comprendió que el auténtico testimonio que realiza a la persona no es solamente el arte. También acompañan al arte las obras que se realizan compartiendo el corazón lleno de misericordia, dando vida a la persona donde le falta la vida. Nuestro amigo nos dijo: ¡Vamos a “curar” con calma las “heridas” de otros “cristos” y no añadamos más sufrimiento de los que ya tienen. Cristo VIVE.
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