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miércoles, 12 de octubre de 2016

LOS VOLUNTARIOS ARTESANOS DE LA MISERICORDIA

Hermanos y hermanas, vosotros representáis el gran y variado mundo del voluntariado. Entre las realidades más hermosas de la Iglesia os encontráis vosotros que cada día, casi siempre de forma silenciosa y escondida, dais forma y visibilidad a la misericordia. Vosotros sois artesanos de la misericordia: con vuestras manos, con vuestros ojos, con vuestro oído atento, con vuestra cercanía, con vuestras caricias...artesanos. Vosotros manifestáis uno de los deseos más hermosos del corazón del hombre: hacer que una persona que sufre se sienta amada.
En las distintas condiciones de indigencia y necesidad de muchas personas, vuestra presencia es la mano tendida de Cristo que llega a todos.  Vosotros sois la mano tendida de Cristo que llega a todos. ¿Lo habéis pensado?.La credibilidad de la Iglesia pasa también de manera convincente a través de vuestro servicio a los niños abandonados, los enfermos, los pobres sin comida ni trabajo, los ancianos, los sin techo, los prisioneros, los refugiados y los emigrantes, así como a todos aquellos que han sido golpeados por las catástrofes ... En definitiva donde quiera que haya una petición de auxilio allí llega vuestro testimonio activo y desinteresado. Vosotros hacéis visible la Ley de Cristo, la de llevar los unos los pesos de los otros (cf. Gal 6,2: Jn 13, 24). Queridos hermanos y hermanas vosotros tocáis la carne de Cristo, con vuestras manos, no lo olvidéis. Tocáis la carne de Cristo con vuestras manos. Sed siempre diligentes en la solidaridad, fuertes en la cercanía, solícitos en generar alegría y convincentes en el consuelo.....Estad siempre contentos y llenos de alegría por vuestro servicio, pero no dejéis que nunca sea motivo de presunción que lleva a sentirse mejores que los  demás. Por el contrario vuestra obra de misericordia sea humilde y elocuente prolongación de Jesucristo que sigue inclinándose y haciéndose cargo de quién sufre. De hecho el amor "edifica" (l Cor 8,1) y, dia tras día permite a nuestras comunidades  ser signo dela comunión fraterna.
Hablad al Señor de esto...El Señor nos escucha: Llamadlo. Señor, mira esto. Mira cuánta pobreza,cuánta indiferencia, cuánto se mira para otro lado. "Esto  no me concierne a mi, no me importa". Hablad con el Señor: "Señor, ¿por qué?. Señor, ¿por qué?. ¿Por qué soy tan débil  y tú me has llamado a este servicio?. Ayúdame, dame fuerza y humildad" El núcleo de la misericordia es este diálogo con el corazón misericordioso de Jesús....